El Deportivo de La Coruña ha cerrado la puerta de la Primera División española sin hacer ruido. Una nueva derrota en un partido intrascendente en Mestalla despidió a los blanquiazules antes de enfilar un camino conocido hace semanas hacia la categoría de plata. Numerosas caras nuevas dispusieron de minutos en esta jornada 38, aunque los errores de bulto de los teóricos titulares volvieron a relucir como si de algo hereditario se tratase y el equipo no inquietó la portería de Jaume Doménech hasta el cuarto de hora definitivo.

Alzando la bandera blanca y con muchas rotaciones en el ‘once’. Así se presentó Clarence Seedorf en la que se presumía como una fiesta local tras confirmarse el retorno valencianista a la Champions. Un toque de experimento pero, sobre todo, una llamada de necesidad ante las cuantiosas bajas en el cuadro coruñés por motivos de sanciones, llamadas de selecciones o problemas físicos.

En esta cita, los mayores beneficiados fueron los menos habituales a lo largo del curso como Gerard Valentín, Koval o Fernando Navarro, entre otros. Era una gran oportunidad de demostrar quién puede dar el nivel para encontrar su sitio en el Dépor de segunda o de, quién sabe, llamar la atención de otros clubes para encontrar objetivos más jugosos.

Sobre este esquema, los gallegos se mostraron demasiado atenazados frente a un Valencia que apenas dio descanso a sus estrellas. Aún sin pasar apuros atrás, el Deportivo no encontraba la manera de enfilar portería a pesar de la voluntad de Çolak, omnipresente en las jugadas de ataque deportivista. El turco insistió este domingo en la búsqueda de Bakkali y Borja Valle al espacio, pero la conexión se veía siempre frustrada por una defensa rival muy seria.

La mejora del equipo en lo ofensivo coincidió con la entrada de Adrián y Lucas Pérez. Ambos, indiscutibles para Seedorf desde su llegada, tuvieron descanso en la matinal antes de disputar seguramente sus últimos minutos con el club herculino y supusieron un cambio radical sondeando el área contraria. Casualidad o no, los mejores minutos del equipo volvieron a coincidir con el tramo en el que la desventaja era ya de dos tantos. Y de nuevo, como venía siendo la tónica de la temporada, la historia se repitió quedándose a las puertas de una remontada que nunca llegó.

La retaguardia blanquiazul dejó las mayores anécdotas sobre el césped. Mujaid, a sus 18 años, se estrenó en la titularidad deportivista dejando además grandes sensaciones. Con sobriedad, buen posicionamiento y actitud, el canterano no solo no desentonó, sino que se convirtió en uno de los destacados sobre el terreno de juego. Desde luego, un rayo de luz en una campaña cuanto menos tormentosa en A Coruña.

Tampoco faltaron las novedades bajo palos en una mañana extraña en la que la mirada estaba ya fijada en proyectos de futuro. Ante la no inclusión de Rubén Martínez en la convocatoria, Koval y Tyton tenían una oportunidad inmejorable para decir adiós al Deportivo bajo palos tras una temporada tremendamente convulsa en su posición. Ambos pudieron tener minutos para poner fin a una triste estancia con solamente dos choques disputados en la temporada 2017/2018.