El filial celtiña consigue una renta de dos goles para afrontar la vuelta de manera más cómoda aunque la afición marbellí ya prepara un infierno en el Municipal de Marbella. El cuarto clasificado del Grupo I cuajó una buena primera parte en la que marcaron el ritmo en todo momento, situación incontrolable para el Marbella.

Comienzo arrollador

Desde el primer minuto, el filial del Celta sabía cómo quería que se desarrollase el partido y así lo hizo. El inicio demostró un gran respeto entre ambos conjuntos y las primeras jugadas se buscaban con balones largos que eran bien rechazados por las defensas. Dennis era la gran baza ofensiva del Celta ya que en todo momento lo buscaban a base de envíos de bastante distancia para distorsionar la seguridad defensiva marbellí. Avisaba el delantero a Wilfred que tenía que intervenir por primera vez a los 10 minutos de juego.

El equipo visitante buscaba hacer daño al contraataque pero el dominio del filial era cada vez más contundente. Su jugador franquicia, Brais Méndez, probaba suerte desde fuera del área pero su disparo se marchaba desviado.

Ambos equipos presionaban la salida de balón del contrario pero la del conjunto local estaba siendo muy eficaz. Varios saques de esquina avisaban al Marbella pero el gol acabaría llegando en uno de ellos. Drazic empalmó un balón rechazado de un córner y batía a un Wilfred que poco podía hacer. Jarro de agua fría para los blanquillos ya que este gol sembraba las dudas en la zaga marbellí. 

El equipo costasoleño intentaría reaccionar con la puesta en escena de la mejor versión de Corpás. El extremo cuajaría un buen regate y sacaría un disparo que se marchaba lamiendo el poste izquierdo. Cuando el partido parecía haber retomado la igualdad, llegaría un nuevo mazazo para los visitantes con el segundo gol del filial celtiña. Juan Hernández remataba en el segundo palo un buen centro, anticipándose a un Carlos Julio que llegaba tarde.

La situación era idílica para los locales ya que en menos de veinte minutos ponían la eliminatoria muy a su favor. Era el momento de calmar la euforia y concentrarse en mantener la portería a cero. Fernando Estévez animaba a los suyos desde el banquillo alegando que quedaba mucho tiempo por delante y no perdiesen la calma.

El capitán marbellí, Javier Añón, se echaba el equipo a las espaldas para intentar levantar a su equipo. Su disparo con la izquierda se marchaba desviado, esto servía como aviso para los locales ya que el Marbella no iba a bajar los brazos en ningún momento. El equipo malagueño no encontraba la fórmula para frenar la calidad de Brais Méndez y sus compañeros.

La mejor ocasión de la primera parte para los locales la tendría Corpas. Un balón quedaba muerto en el área pero el extremo no conseguía enganchar bien el balón y el balón acababa en las manos de Sotres sin muchas complicaciones. Susto para los locales ya que un gol visitante volvía a abrir la eliminatoria.

Los blanquillos tenían que trabajar mucho en defensa, pero en cuanto recuperaban el balón salían con rapidez. Corpas llegó en el minuto 33 por la derecha y su envío al área lo terminó rematando Añón desde la frontal del área, de nuevo rozando el poste. 

La suerte no le estaba sonriendo al Marbella, las pocas ocasiones con las que contaba no terminaban de materializarse y esto podría pasarle factura en el futuro. La faceta defensiva del filial era mucho más débil que la ofensiva y ese punto débil tenía que aprovecharlo. Se llegaba al descanso con 2-0 en el marcador.

Cambio de dominio

En la segunda parte, el juego se inició con un filial menos impulsivo y que quería guardar un poco más la ropa que en la primera parte. Esto permitía al Marbella tener más el balón, pero, sin embargo, que hubiera menos espacios. 

Los blanquillos sufrían mucho en la creación ya que el Celta estaba muy bien estructurado. El objetivo claro de los visitantes era hacer gol fuera de casa y no lo tendrían nada fácil. No podían descuidar la defensa ya que conceder un tercer gol decantaría finalmente la eliminatoria.

Buscar ocasiones por arriba era la única alternativa que le quedaba al Marbella, Catena conectaba un buen cabezazo pero Kevin sacaría bajo palos cuando parecía que ya era gol. Fernando Estévez creyó conveniente mover el banquillo para introducir a Indiano y Chus Hevia, favoreciendo aún más el dominio de la pelota en campo contrario.

Final esperado


El Celta daba por bueno el resultado de dos goles de ventaja y ya sólo pensaría en defender la renta. A falta de quince minutos el conjunto visitante contaría con la última ocasión del partido, Chus Hevia se disponía a rematar en el área pequeña pero le quitaron el balón prácticamente de la cabeza. La desesperación comenzaba a aparecer y llegaría el final del partido con el mismo resultado con el que ambos equipos se fueron al descanso.

La eliminatoria quedaba desbalanceada a favor del Celta pero no estaba cerrada. El Municipal de Marbella sería la gran baza para el conjunto costasoleño, tal y como lo había sido durante toda la temporada. 

Drazic

3

Brais Méndez

2

Javier Añón

1