La Real Sociedad pisaba el césped del Camp Nou con la intención de prorrogar la buena racha que habían conseguido con Imanol Alguacil al frente. Habiendo perdido el récord de imbatibilidad en la última jornada de la competición, a los azulgranas les quedaba desencallar una espinita con la última victoria a domicilio, donde la afición se desvivió desde el primer hasta el último minuto con cánticos y ovaciones para el equipo y para su capitán, Andrés Iniesta, que afrontaba su último baile con la elástica blaugrana en los prolegómenos de la emotividad.
A sabiendas de que el décimo clasificado de la tabla había conseguido revertir una situación afincada en el pesimismo, quería conseguir los tres puntos para despedir a una de sus leyendas, Xabi Prieto, los azulgranas salían con la misma mentalidad al feudo culé, de cara a darle la última alegría a la afición y ponerle el broche de oro a una temporada de éxito.
Con un mosaico y un bonito homenaje dirigido al capitán culé, los azulgranas salían al terreno de juego recibiendo otro por parte del rival. Los de Imanol Alguacil le hacían pasillo al campeón entre aplausos y ovaciones por parte del público. Se cerraba una temporada de récord con una nueva seña de identidad, pero con los premios recogidos por acciones meritorias.
El Camp Nou le rendía un homenaje inolvidable a Andrés Iniesta con un "Infinit Iniesta" enfrente del túnel de vestuarios y la emoción se comenzó a vislumbrar desde el principio del duelo. En esa misma tarde, el reconocimiento de toda una afición sellaba el legado que una leyenda, ejemplo para muchos por compromiso, dedicación y deportividad sobre el terreno de juego. El último compás del capitán se tildó al instante de cariño y la temporada se cerraba de la mejor forma posible: con una victoria más.
Con Ernesto Valverde al frente, los azulgranas han acumulado veintiocho victorias, nueve empates y una derrota en esta temporada, encajando veintinueve goles y marcando noventa y nueve, cerrando el curso con un doblete y vislumbrando nuevos retos de cara al próximo año.
Andrés Iniesta y Xabi Prieto ocupaban todos los focos de atención en el feudo culé. Dos leyendas para sus respectivos equipos se despedían del fútbol español y lo hacían de la mejor forma posible. Fue en el minuto 80 de partido, el centrocampista manchego y capitán del Fútbol Club Barcelona se despedía de sus compañeros, fundiéndose en un fuerte abrazo con jugadores del equipo rival, compañeros y del staff técnico, siendo ovacionado por todos los aficionados y recibiendo la mejor despedida, merecida y a la altura de toda una leyenda del barcelonismo.
A su vez, en el minuto 88 de partido, Xabi Prieto entraba en el terreno de juego para disputar sus últimos minutos como profesional. El interior derecho y capitán del conjunto realista hasta la presente temporada, se despedía de su afición y de su equipo como otra leyenda. La noche se tildó de emoción y el Camp Nou puso la guinda a una despedida colectiva en la que homenajeó también al capitán del conjunto vasco.
Antes del pitido inicial, el Camp Nou presenciaba otro reconocimiento. El centrocampista y el que fuera también capitán del Fútbol Club Barcelona, Xavi Hernández, era el encargado de entregarle a Leo Messi el trofeo que le nombraba mejor jugador de la competición en el mes de abril.
Ambos jugadores se fundían en un abrazo en el césped del feudo culé, donde el de Tarrasa quería estar presente en el último baile de su amigo y compañero en la medular durante mucho tiempo.
El último once de Ernesto Valverde en la presente temporada era liderado por Ter Stegen bajo palos, Nélson Semedo, Gerard Piqué, Rakitić, Sergio Busquets, Andrés Iniesta, Luis Suárez, Ousmane Dembélé, Philippe Coutinho, Jordi Alba y Yerry Mina.
Después de una lucha sobre el césped y habiendo habido ocasiones para ambos equipos, la efectividad se tildaba de suerte para los azulgranas, que con Philippe Coutinho a la cabeza, se adelantaban en el marcador con un disparo de rosca efectuado por el crack brasileño, ciñendo el esférico en el palo izquierdo de la portería de Moyá.
Los tres puntos estaban adjudicados y los culés cerraban la temporada de la mejor manera posible, despidiendo al mejor maestro.
De capitán a capitán. Andrés Iniesta era sustituido en el terreno de juego por Paco Alcácer, pero antes, se fundía en un abrazo con sus compañeros, dejando como legado el brazalete de capitán en las manos del que también fue su compañero en La Masia, Leo Messi. La magia era entregada por completo a un jugador en el que se tienen puestas todas las esperanzas en todas las temporadas. De esa generación, Leo era el más indicado para heredar la leyenda.
Antes del pitido que indicaba el final de la primera parte, el susto era protagonizado por Ousmane Dembélé, que captó todos los focos de atención después de que Didier Deschamps, el seleccionador del conjunto galo, le convocara en la lista definitiva de Francia para el Mundial de Rusia. El delantero de Vernon caía en el terreno de juego después de que Raúl Rodríguez, integrante de la zaga defensiva realista, le hiciera una dura entrada que innecesaria, pudo costarle una amonestación más contundente, pedida a gritos por el público del Camp Nou. Los servicios médicos del club salían al terreno de juego para atenderle y en el minuto 52, Ernesto Valverde efectuaba el primer cambio en el que para darle descanso, daba entrada a Denis Suárez.
Después de una noche de despedidas, emociones y fútbol, los servicios médicos confirmaban la lesión del delantero galo, que con un esguince en el tobillo derecho, ha quedado pendiente de más pruebas.
Como broche de oro a la noche, Leo Messi se proclamaba Pichichi por quinta vez y ganaba su quinta Bota de Oro con 34 goles en la competición liguera y doce asistencias mientras Iniesta era levantado al cielo de Barcelona. Capitán por capitán y leyenda por leyenda.
