El Real Zaragoza venció, ayer domingo, al Albacete en La Romareda ante 23.827 espectadores según cifras oficiales.

El conjunto aragonés fue claro dominador del partido. Esta superioridad se ve reflejada en la estadística de posesión, el Real Zaragoza tuvo un 60.5% de la posesión, mientras que el Albacete se quedó con el 39.5% restante.

En tiros a puerta hubo tablas, ambos equipos lograron disparar cinco veces entre los tres palos con resultados muy distintos. Esto se debe a que la efectividad del equipo dirigido por Naxto González fue arrasadora, los blanquillos realizaron un total de seis disparos, de los cuales cuatro subieron al marcador, lo que muestra una efectividad del 80%. Por su parte, el Albacete efectuó 19 disparos totales logrando marcar un único gol, conllevando una efectividad de 7.7%. Cristian Álvarez realizó cuatro paradas, mientras que Tomeu Nadal solo detuvo un disparo.

Es habitual que el Real Zaragoza se lleve más amarillas que su rival realizando menos faltas. En esta ocasión no iba a ser menos, el conjunto zaragocista recibió tres cartulinas amarillas y realizó ocho faltas, mientras que el Albacete recibió dos amarillas, realizando 14 faltas. Aunque es cierto que esta vez fueron justas, la estadística no deja de ser curiosa jornada tras jornada.

El Real Zaragoza volvió a ser superado en saques de esquina efectuados, aunque de una manera no tan abrumadora que contra el Sporting de Gijón, sacó cuatro córneres, frente a diez del Albacete. El equipo local realizó dos fueras de juego y el visitante uno.

Giorgi Papunashvili fue el hombre de la tarde. Con goles en los minutos 11, 28 y 56, un jugador del Real Zaragoza conseguía un hat-trick 12 años después, desde que hiciera lo propio Diego Milito en semifinales de la Copa del Rey de 2006 en esa goleada inolvidable.

Tras adelantarse los zaragocistas, Roman Zozulya recortaba distancias en el minuto 22, pero PapuAlberto Zapater, que marcó por fin en su estadio en el minuto 42, marcaron los tantos que hacen que el Real Zaragoza esté a tres puntos de clasificarse matemáticamente para los playoffs de ascenso a Primera División.