Almendralejo volvió a enfundarse el traje de las grandes citas y, veinticuatro años después, recibió con todos los honores un playoff de ascenso a División de Plata. Un partido que tuvo dos caras bien diferenciadas y en el que los locales demostraron, por tercera semana consecutiva, la versión que todos esperaban ver. Tan sólo el infortunio, en forma de expulsión, deslució una eliminatoria que augura tintes épicos para el encuentro de vuelta.

Juan Sabas repetía el esquema que tan buen sabor de boca dejó frente al Betis B la pasada jornada. El madrileño tan sólo introducía una  modificación en el once e incluía a Valverde en detrimento de Airam Cabrera. Su 4-2-3-1  volvió a mostrar las virtudes de un bloque sólido, práctico,  con  dinamita arriba y el empujón anímico necesario para afrontar con garantías unos playoffs de ascenso.

Inicio arrasador

Atrás quedaban los matices de 38 jornadas de campeonato. Esto es "otra cosa", los duelos comenzaban y ambos conjuntos eran muy conscientes de ello. Tanto Extremadura como Fabril trataban de imponer su ley, prácticamente, desde el primer suspiro. Sin embargo y fieles a sus últimas versiones, los locales se olvidaban de tanteos y aprovechaban la buena dinámica para imponer sus cartas.

Foto: Alberto Lorite, @EXT_UD oficial
Foto: Alberto Lorite, @EXT_UD oficial

Tan sólo ocho minutos bastaban para que Enric Gallego inaugurase el marcador. Balón colgado desde la derecha por Álex Díez, One no acierta a despejar y despista al meta Francis que salía con todo. Pegado a ambos se encuentra el más listo de la clase, el delantero catalán,  que no desaprovecha la indecisión y anota. 1-0, primer golpe y locura absoluta en la grada.

Los niveles de intensidad de los primeros minutos excedían con creces todos los límites y Jairo, tras buena jugada de Valverde por la derecha, estaba a punto de anotar el segundo tres minutos después. 

El filial deportivista no se arrugaba, entraba de lleno en el intercambio de golpes. y, en el minuto 14,  tenía su mejor oportunidad. Córner botado desde la derecha, Raúl cabecea y Enric, en posición acrobática, la saca justo en la línea de gol. Un susto que se desvanecía tan sólo un minuto después.

Minuto 15. Balón que Barrera abre a la izquierda donde se encuentra Jairo. El canario se deshace de Blas con un doble quiebro y su centro lo aprovecha Valverde en el área pequeña para anotar el segundo. Nueva llegada, nuevo golpe de autoridad y éxtasis generalizado del Francisco de la Hera al ver como se encarrila la eliminatoria.

Nadie podía sospechar en esos instantes como, tras una jugada, cambiaría por completo el signo del encuentro. En el minuto 28, Borja García ve la segunda amarilla y los locales se quedan con diez. Rigurosa expulsión y minutos de confusión bien aprovechados por el  filial para recortar distancias.

Minuto 33. Error de Aitor que permite a Blas marcharse por la derecha y asistir a Uxío que no falla. 1-2, "pájara" local y comienzo de un choque completamente nuevo. Los minutos previos al descanso fueron, con diferencia, los de mayor incertidumbre. El Extremadura se encontraba "grogui" y el Fabril,  consciente de las circunstancias, pisaba el acelerador para intentar aprovecharlo, pero el marcador no se modificó.

Con uñas y dientes

La cara B del encuentro seguiría el mismo guion durante toda la segunda parte. El conjunto visitante se adueñaba, como es lógico, del balón y trataba de aprovechar su superioridad para reducir la desventaja. La profundidad de sus laterales y la excelente movilidad de sus hombres de arriba anunciaban  peligro en, prácticamente, cada acción.

Foto: Alberto Lorite, @EXT_UD oficial
Foto: Alberto Lorite, @EXT_UD oficial

Sin embargo, el Extremadura que volvió del descanso no era el mismo que lo abandonó en la primera mitad. En inferioridad numérica y conscientes de sus limitaciones, los de Sabas tiraban de veteranía para apurar sus mermadas cartas. Un plan que salía a la perfección e inhabilitaba cualquier amago de finalización de los gallegos. Mención especial requiere también el Francisco de la Hera, inmenso en su rol de jugador número 11 que celebraba cada recuperación prácticamente como un gol

Los minutos pasaban, los equipos se vaciaban y el derroche físico sustituía a las ocasiones. El Fabril lo intentaba una y otra vez, pero sus posibilidades chocaban frente a un muro comandado por Pardo y Lomotey. Las continuas incursiones de Caballo por la izquierda y Blas por la derecha se convertían en un continuo martirio en forma de balones colgados, pero bien solventados por una exhausta zaga.

En el bando local, el tridente ofensivo compuesto por Jairo, Enric y Kike Marquez hacía un partido para enmarcar, redoblando esfuerzos atrás y tirando de reservas para volver loca a la zaga visitante en cada aproximación. La tendría Gaizka en el descuento con un potente disparo, pero Manu García culminaba la gesta con un paradón.

El pitido final desataba el alivio y la felicidad local ante tal abanico de emociones. Un choque con dos caras que pudieron variar ostensiblemente el resultado de la eliminatoria, pero la intensidad y buen hacer local lo evitaron.

Renta escasa pero importantísima, tal y como se desarrollaron los acontecimientos, la que llevará el Extremadura el próximo sábado a Abegondo. Una eliminatoria abierta, dos conjuntos dispuestos a todo y noventa minutos que, a tenor de lo visto ayer, prometen ser un espectáculo.

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Sobre el autor
Carlos Gómez
Periodista extremeño que coquetea con la docencia.