Era diciembre de 2016. Osasuna se medía al Barça en El Sadar para intentar puntuar y mantener la ilusión de continuar en Primera. Miguel Flaño, hasta entonces titular indiscutible, fue uno de los protagonistas del encuentro. No por su buen juego, sino por su lesión. Se rompió el cruzado y pronto se conformó lo peor: la temporada se había acabado para él.

Fue entonces cuando comenzó una época de ostracismo que duró hasta el partido ante el Nástic de la actual temporada. 512 días para ser exactos. Una vez recuperado de la lesión, Diego Martínez no ha contado con él en ningún momento de la temporada. Por ello, cuando apareció su nombre en el once titular, fue algo totalmente inesperado.

El de Noain demostró ante el Nástic que, por más que llevase sin jugar casi un año y medio, sigue siendo el mismo de siempre. Realizó un partido serio, estuvo acertado y su presencia fue clave para que sus compañeros se guiasen en defensa. Su vuelta fue muy positiva para el equipo, que necesita que todos los jugadores estén en su mejor momento parra afrontar este tramo final de temporada.

Diego Martínez quedó satisfecho con la actuación de Flaño, y le ha depositado esa confianza que no le había otorgado en un principio. Desde el partido ante el Nástic, Flaño ha sido titular en todos los demás encuentros. Lo fue ante el Oviedo y también ante el Numancia. En ambos partidos cumplió con creces, siendo una pieza fundamental en la defensa.

Está por ver si Diego decide apostar por él en los partidos restantes, pero todo parece apuntar que sí. La defensa está mostrando una gran solidez en el último tramo de la temporada, y Flaño tiene mucho que ver en eso.

El capitán está de vuelta, y el equipo lo agradece.