Tras la tercera derrota consecutiva de los hombres de Rubén Baraja en tierras tinerfeñas, el Sporting de Gijón piensa ya en su rival del próximo domingo en su feudo, El Molinón Enrique Castro “Quini”, donde necesitan volver a encontrarse con la senda de victoria en el que será el último partido de los asturianos en su estadio en esta presente temporada. Todo ocurrió un 20 de diciembre de 2017, el Sporting de Gijón estaba pasando por un momento muy complicado, estaba inmerso en uno de los peores meses de su presente temporada, ya que se encontraba alrededor de la zona media de la clasificación a pesar de su victoria ante el Club Deportivo Tenerife en la jornada anterior.
Este sería el primer encuentro de Rubén Baraja como visitante. La llegada del equipo a tierras granadinas hacía saltar las alarmas en el cuadro asturiano, ya que era vital una victoria antes de final de año para poder empezar el regreso de mejor manera. Todo pudo empezar de la peor manera posible, debido principalmente a su incapacidad de poder defender y mantener el balón como ellos pretendían. La primera parte se podría resumir como unos minutos donde los locales estaban encima de sus adversarios, pero, aun así, no conseguían adelantarse en el marcador.
En la segunda parte llegarían los goles. Los locales se adelantarían en el marcador por medio de Joselu en un penalti muy polémico y, en los minutos finales, llegaría el segundo por medio de Álex Pérez en propia puerta, dejando muy tocado y sin apenas margen de recuperación a los jugadores del Sporting. El gol de consolación llegaría por medio de Michael Santos en el tiempo de descuento.
Actualmente el Sporting cuenta con 68 puntos y está situado en la tercera posición de la clasificación, a tan solo cinco puntos del segundo, y su rival se encuentra décimo con 58 puntos, a cinco de los puestos de promoción, donde se encuentran los asturianos.