Toribio resultó una vez más decisivo en la consecución de la victoria del Alcorcón. Sí, una vez más. El gol marcado el otro día no reflejó más que la definitiva y perfecta realidad del papel protagonista que ejerce el capitán amarillo en todas las facetas del juego cada fin de semana. El mariscal gerundense no aparece nunca (a excepción del partido pasado) en ningún resumen  de las acciones más importantes o espectaculares de cada jornada de LaLiga 123, ni es considerado uno de los mejores jugadores de la categoría o de la propia plantilla. Sin embargo, la determinación e intrepidez de la que se hace valer en cada balón por disputar, cada acción a defender y cada situación en la que pasa el esférico por sus botas le otorga la exclusiva condición de ser uno de los más aclamados entre la afición alcorconera. Su espíritu de superación y capacidad de esfuerzo le sitúan como una pieza fundamental en el esquema de Velázquez, gracias a la asfixiante y constante presión a la que se ven sometidos sus rivales.

Mínimos ejemplos de esta sacrificante e imprescindible función ejercida sobre el campo se pudieron ver en los dos últimos encuentros. En El Alcoraz, la figura del capitán alfarero resultó contagiosa hacia sus compañeros en el once que, junto a él, inhabilitaron durante gran parte del partido al mediocampo oscense, incapaz de inquietar al área de Casto. El último caso lo encontramos esta última jornada, de nuevo, frente a otro rival de gran potencial en la competición como es el Rayo Vallecano. Si se echa la vista al resultado, es tendencioso pensar que fue un encuentro de extrema facilidad para el cuadro amarillo. Sin embargo, no fue hasta el gol de Toribio, apareciendo sorpresivamente al rechace, cuando el Alcorcón comenzó a hacer valer su superioridad sobre los vallecanos. Una prueba más que evidencia la aparición de “Toro” en los momentos en los que más necesidades requiere el equipo.

El gol de la permanencia

El tanto realizado el pasado domingo es el primero esta temporada para el mediocentro zurdo catalán, que llega en un momento de vital importancia para las aspiraciones del conjunto alfarero de certificar la permanencia en la Segunda División un año más. Este primordial gol, sin embargo, no es el primero en el que Toribio sentencia para salvar al Alcorcón. El curso pasado volvió a aparecer en un momento crucial del tramo final de liga. En la última jornada disputada en Santo Domingo, el equipo de Velázquez dependía de sí mismo para salvar la categoría, consiguiendo sumar los tres puntos frente a un Lugo que ya no se jugaba nada. En el minuto 82, con el resultado de dos goles a cero y tras una fabulosa jugada de Álvaro Giménez por la zona derecha del área lucense, el capitán alcorconero finalizó una jugada mediante un disparo por bajo que significó la sentencia definitiva del partido y de la temporada. Un ejemplo más del peso y la capacidad de liderazgo que otorga el brazalete amarillo a un jugador único donde los haya, como Toribio.

Con 29 años y varios años de buen fútbol y trabajo aún por llegar, la afición alfarera podrá disfrutar de los valores y el compromiso característicos a los que tiene acostumbrados a la experta y sufrida comunidad de la Segunda División de España de Daniel Toribio.