Borja Fernández es un pilar fundamental en este Real Valladolid. Con muchas experiencias a sus espaldas, y tras dos etapas en el Pucela, se ha ganado el reconocimiento de la afición blanquivioleta. Autor de un gol en Soria, y otro en Lorca, el pivote del Valladolid se ofrece en ataque y actúa como un verdadero capitán. Tras la contundente victoria en tierras lorquíes, era momento de hacer balance y reflexionar sobre las dos finales restantes: Zaragoza y Osasuna.

"No está nada hecho y no va a ser fácil", comentaba Borja. La ilusión y la esperanza se han vuelto a adueñar de una ciudad, normalmente, pesimista y con bajas expectativas. Un buen tramo final de temporada ha ayudado al Pucela a volver por sus fueros, fueros que nunca debió abandonar. La llegada de Sergio González supuso un antes y un después, ya que a raíz de su incorporación, el equipo ha vuelto a sumar fuera de casa más asiduamente. "Confiaba en llegar a estas alturas con todo en nuestra mano", agregó. Lo cierto es que, actualmente, el Pucela depende de sí mismo para jugar la promoción, que no pisamos desde el año 2015.

"Siempre he dicho que el objetivo es muy bonito, por eso había que tener fe". A decir verdad, la fe era algo de lo que carecía esta afición, acostumbrada a alegrías no muy prolongadas en el tiempo y con más malos sabores de boca. En referencia al choque en la Romareda, Borja comentó que hay que salir a ganar: "los resultados nos están acompañando, estamos haciendo las cosas bien. Ahora queda lo más difícil. Si ganamos tendremos muchas más posibilidades de meternos", finalizó el orensano. El Pucela, ubicado en la quinta posición de la tabla con 64 puntos, tiene dos duros compromisos restantes en La Liga 123. Solo vale ganar.