No cabe la menor duda de que la Agrupación Deportiva Alcorcón preferiría estar hablando de otros objetivos mejores que el de mantener la categoría por noveno año consecutivo. Más aún después de la incontestable y sorprendente victoria ante el Rayo Vallecano en el Estadio Municipal de Santo Domingo el pasado fin de semana. Pero lo cierto, es que dentro de los sendos aspectos negativos, el conjunto alfarero, a falta de dos jornadas para acabar LaLiga1|2|3, es envidiado por más de un equipo que, sin pensarlo, se cambiaría por su situación.

Seis puntos en juego es lo que queda por repartir y decidir en la categoría de plata del fútbol español. Quizá, de las más exigentes y reñidas de todo el panorama continental. Seis puntos vitales para los amarillos, que se encuentran tres por encima de la línea del descenso marcada por el milagroso Córdoba, que hace dos meses nadie se pensaría que iba a luchar por salvarse. Entre los andaluces y los madrileños hay nada más y nada menos que otras cuatro escuadras implicadas, lo que se conoce como “la liga de la permanencia”. En este torneo que no muchos quieren disputar, los alcorconeros lideran la tabla, ya que Almería, Cultural Leonesa, Gimnàstic, Albacete, el mencionado Córdoba, y el Barcelona B, tienen de uno a cuatro puntos menos que el cuadro de la capital. Y, teniendo en cuenta las circunstancias, se trata de una diferencia considerable.

Considerable sí, pero no suficiente para pensar que ya está todo el pescado vendido. Menos aún cuando los pupilos de Julio Velázquez viajan este domingo con horario unificado precisamente a Almería en uno de los duelos más directos posibles y que puede valer una o varias salvaciones. Ganar es lo único que tienen en mente los alfareros, pues la permanencia sería matemática. En caso de no lograrlo, el último encuentro contra un Reus que no se juega nada podría llevar al conjunto del sur de Madrid a quedarse un año más en la Segunda División. Las cuentas son claras, y en buena parte, favorables. Pero lograr al menos dos empates en las batallas que restan, es el mejor método para no comenzar a depender de factores externos.