La noche del sábado 26 de mayo de 2018 fue una más para la historia del Real Madrid, porque consiguieron levantar la decimotercera Copa de Europa, ratificándose como el mejor equipo de Europa una vez más.

Este logro fue posible gracias a los goles de Gareth Bale. El galés no fue titular en la noche de Kiev y tuvo que esperar hasta el minuto 62 para poder hacer parte de esta importante final. Cuando ingresó al campo, el partido estaba 1-1 después de que Benzema y Sané marcaran previamente.

Tan solo dos minutos después de su ingreso se presentó una jugada con 20 pases en total, finalizó en un centro magistral de Marcelo al área, donde se encontraba Gareth Bale. El galés vio la oportunidad de acomodarse perfectamente para ejecutar una chilena que luego fue imposible para el arquero rival atajar.

Con ese gol entró en la historia del Real Madrid y de la Champions League, ya acercó más al equipo a su decimotercera orejona. Con ese espectacular gol, Bale, se metió en los libros de los records también.

Primero porque solo necesitó de dos minutos desde su ingreso para anotar desde su ingreso al campo reemplazando a Isco. El único jugador que mejoró esa marca fue Lars Ricken, el jugador alemán jugó la final en 2017 con el Borussia Dortmund ante la Juventus. En esa ocasión solo necesitó de 15 segundos desde su ingreso para anotar el 3-1 definitivo que le dio la victoria y el título al Dortmund.

También Gareth se metió en una exclusiva lista de 13 jugadores que han logrado anotar gol en una final de Champions League después de ingresar como suplente al partido. Bale no ha sido el único jugador madridista en hacerlo. Sin tener que irse mucho al pasado, en la consecución de la duodécima, Marco Asensio también anotó saliendo del banquillo en el minuto 82 y marcando el 1-4 final.

En la décima de 2014 Marcelo igualmente ingresó en el minuto 59 y anotó el 3-1 en la prórroga, específicamente en el minuto 113. No hay mejor muestra de que los jugadores del Madrid, sin importar si son titulares o suplentes, han sabido estar a la altura de un reto como el que es una final de Champions League y este pasado sábado Bale lo hizo por duplicado, también con su segundo gol en el 83’ tras un gran remate de zurda de media distancia.

Ese fue el broche de oro para el galés y para el Real Madrid, que cerró la temporada de la mejor manera posible.