Por fin se acabó esta temporada agoniosa que ha mantenido en vilo a la afición almeriensista en este tramo final de la temporada. Uno de los momentos de más sufrimiento que se recuerda en la historia reciente del conjunto rojiblanco y que termina con el mejor resultado (dentro de los peores resultados). El Almería jugó con fuego y volvió a salirle bien, demasiado bien. Un equipo que se vio completamente superado ante el Lugo, que no se jugaba nada, aunque pareciera increíble. Los de Francisco Rodríguez tiraron de profesionalidad para poner contra las cuerdas a los andaluces, que veían por momentos como se avecinaba el descenso. Y es que todos sus rivales estaban consiguiendo victorias en sus encuentros particulares. Bueno, todos no, la Cultural Leonesa, en el único encuentro en el que los dos equipos se jugaban algo, vio como el Numancia se adelantaba con un gol tempranero. Pues esa fue la salvación de esta UDA, que es incapaz de conseguirla por si misma, al parecer.

A la Unión Deportiva Almería le valía con empatar en caso de que los leoneses no consiguieran puntuar en los pajaritos y a eso se aferró Fran Fernández, pues a parte de un par de ocasiones en los primeros instantes del encuentro no se produjo apenas juego ofensivo rojiblanco. El Lugo sí intentó llevar el peso del partido, pero sus llegadas acabaron en manos de René Román, que volvió a ser clave para lograr el objetivo. Con 0-0 al descanso el Almería llegaba salvado, dependiendo de lo que sucediera en Soria. Buscar el empate era una estrategia muy arriesgada, pues un gol de la Cultu podía cambiar todo en un instante. Sin embargo, a Fran le va la marcha y decidió que lo mejor que podía hacer cuando no conseguía marcar era no perder, por lo que quitó a Pozo, su futbolista más creativo. Nada más entrar Verza por el malagueño, se produjo un muy discutido penalti de René, que golpeó el balón de puños y rozó a un atacante lucense. El penalti lo transformó Pita, dejando a los indálicos en una situación muy delicada.

El Almería tenía que ir a por todas ahora y consiguió el empate inmediatamente. El encargado de marcarlo fue Fídel, pero el mérito principal fue de Juan Múñoz, cuyo disparo desde la frontal se estrelló en el larguero para que el onubense anotase el rechace. Tras el gol ninguno de los dos equipos parecía querer atacar y con el 2-0 del Numancia las cosas se ponían muy de cara. Un viejo amigo se encargó de darle vida al partido en Los Pajaritos, Rodri marcó el 2-1 a pocos minutos del final y volvía a dejar al Almería a un gol del descenso. Finalmente se dio el milagro y el Almería podrá disfrutar del fútbol de plata un año más, con suerte con otra directiva.

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Sobre el autor
David Roth
Estudiante de Periodismo en la Universidad de Sevilla