Después de redondear la temporada con el soñado ascenso a Primera División y poniendo la guinda logrando el primer título de la historia del club, el de campeón del campeonato liguero de Segunda División, la temporada del Rayo Vallecano ha resultado magnífica. A continuación, analizaremos la actuación del encargado de dirigir el equipo, el técnico madrileño Michel.

Criterio de puntuación: 0-3. Muy mal / 4. Mal / 5. Regular / 6. Bien / 7. Bastante bien / 8. Muy bien / 9. Fantástico / 10. Excelente / S.C. Sin calificar

8 | Valiente

Tras hacerse cargo del equipo en la recta final de la pasada temporada y lograr algo que parecía complicado, mantener al club un año más en la Segunda División del fútbol español, este nuevo curso lo afrontaba Michel como una gran oportunidad de implantar su idea de juego para, de esa forma, llevar al equipo poco a poco hacia los puestos más altos de la clasificación, considerando como un sueño la idea de lograr el ascenso a Primera División.

Con un inicio un poco dubitativo, todos pedían tranquilidad y el primero de ellos el entrenador, para quien el objetivo principal de la temporada era lograr la permanencia.

Sin embargo, el buen hacer del técnico vallecano comenzaba a dar sus frutos y el Rayo se situaba cada vez más cerca de los puestos de playoff. Michel sabía gestionar el vestuario, instaurando un once tipo, pero valorando la labor y el trabajo de toda la plantilla, como así transmitía en cada comparecencia ante los medios de comunicación.

El año 2017 llegaba a su fin y poco a poco se empezaba a asumir el objetivo de pelear por entrar en playoff, siempre con la cautela por encima de todo.

Michel insistía en su idea de juego, basada en atacar y generar muchas ocasiones de gol. Esta propuesta lograba revitalizar jugadores que encadenaban temporadas más irregulares, como por ejemplo el delantero y goleador Raúl de Tomás.

Las jornadas decisivas se aproximaban y ya era una realidad que el Rayo Vallecano iba a disputar el playoff. Pero, de nuevo, la entrega incansable del míster franjirrojo y su capacidad para involucrar a todo el equipo y no permitir que ningún jugador se relajara en ningún momento sirvieron para que se diera un paso al frente y el Rayo pasara a disputar los puestos de ascenso directo.

Favorecido por los resultados de sus rivales, pero, sobre todo, por sus grandes actuaciones en los momentos decisivos los madrileños se afianzaban entre los dos primeros y solo faltaba certificar el ascenso.

Los momentos más complicados llegaban y únicamente era necesaria una victoria para lograr el sueño de todos los rayistas. Pero este triunfo no llegaba y en los partidos el equipo mostraba una mala imagen, desconocida por todos. En este momento, una vez más, Michel dio la cara por sus jugadores, transmitiendo su plena confianza en ellos y en su trabajo.

Finalmente, el sueño se hizo realidad y el que más pudo disfrutar, sin lugar a dudas, fue el técnico franjirrojo, vallecano y ligado durante toda su carrera futbolística al club de su vida, el Rayo Vallecano.