El joven portero maño, quien pasó por las categorías inferiores de la selección española y disfrutó de minutos con el Real Zaragoza en Segunda División, llegó a Gijón hace dos años para ejercer un papel el cual no ha llegado a conseguir ni mucho menos. Whalley prometió mucho con su llegada al club, recalando en el club asturiano procedente de la Sociedad Deportiva Huesca en el verano de 2016. A sus 23 años, el guardameta maño disputó tan solo 13 partidos en todas las competiciones con el conjunto oscense, recibiendo un total de 19 goles en todo el año. Con el club en el que se formó, el Real Zaragoza, registraría una mejor temporada, ya que participó hasta en 25 ocasiones.
A pesar de su corta edad, su gran nivel le hizo recibir la llamada de las categorías inferiores de la selección española. Para seguir creciendo como profesional acepta, sin lugar a dudas, la llamada del Sporting de Gijón, donde esperaba tener un mayor protagonismo que en sus anteriores equipos, algo que nunca llegaría a producirse.
Hubo un dilema con su llegada. En su última temporada en LaLiga Santander, el Sporting de Gijón tendría un total de tres porteros, siendo Iván Cuellar, Diego Mariño y ahora Óscar Whalley. En su primer año, como era de esperar, no disputó ni un solo minuto con la elástica roijiblanca porque siempre fue Diego Mariño el que supliría a “Pichu” Cuellar cuando éste estaba lesionado o sancionado por acumulación de tarjetas amarillas, algo muy propio de él.
Como dato a destacar, y que lo hace mejor profesional, el guardameta nunca puso un gesto feo ni dio unas malas declaraciones cuando no era titular, ya que era consciente de lo que se jugaba el equipo y que, en ese momento, no podría caer todo el peso sobre sus hombros. En estos dos años tan solo se vistió de corto en dos ocasiones, una en un partido de esta presente temporada ante el Club Deportivo Numancia con un resultado en contra de 3-0 y ante el Reus Deportiu con un resultado a favor de 0-1, consiguiendo parar un penalti.