La UD Almería llegaba a este curso con las pilas recargadas y consciente de que no podía volver a suceder la debacle de los dos años anteriores, pues había llegado la permanencia en la última jornada. No se podía jugar tanto con fuego y el Almería lo sabía. Con Luis Miguel Ramis en el banquillo y con muchas altas tales como Tino Costa, Pablo Caballero o Rubén Alcaraz, el conjunto rojiblanco se disponía a luchar por algo más que la permanencia en una categoría muy competitiva.

La temporada no podía empezar mejor para el cuadro rojiblanco, la primera jornada empezó con victoria y gol de Pablo Caballero, un viejo conocido de segunda y un delantero en el que estaban depositadas grandes esperanzas. Dos jornadas más tarde llegaba la primera derrota, en este caso frente al Numancia (1-0), si bien René empezó a mostrar sus credenciales de portero a tener en cuenta. Pozo brilló con luz propia en el comienzo de campeonato y Tino Costa dejaba su sello de calidad con su gol de falta en la jornada 4. Hasta a finales de septiembre, el equipo estaba asentado en una zona templada de la tabla, pero ya se empezaba a vislumbrar un problema mayúsculo: la falta de gol de la delantera. La tranquilidad se alejó del equipo y desde inicios de octubre a mediados de noviembre conoció una racha ridícula, que puso en tela de juicio la labor del entrenador. El Almería no había conseguido ganar en sus últimos ocho encuentros y tan solo había firmado un gol. La defensa ya no era un muro y el equipo no presentaba capacidad de reacción cuando las cosas se torcían en sus respectivos partidos. En esos momentos, firmó partidos verdaderamente bochornosos como los de Sporting (2-0), Cádiz (0-2) o Albacete (0-2) en la jornada 14, que fue la gota que colmó el vaso.

El presidente de la entidad rojiblanca, Alfonso García, tomó cartas en el asunto, por lo que decidió cesar a Ramis en busca de uno que solucionara esta situación. Mientras tanto, Fran Fernández, técnico del filial y una de las mejores noticias de esta campaña, se hacía cargo del plantel como técnico interino. El partido de transición de la jornada 15 contra el Zaragoza se solventó con una reconocida victoria por tres goles a cero. Fran Rodríguez mostraba su descaro con un golazo espectacular pero fue sobre todo clave Rubén Alcaraz con sus dos dianas y con su asentamiento en el doble pivote del mediocampo.

Lucas Alcaraz fue el remplazo de Ramis y pronto su trabajo en los entrenamientos se demostró en el césped. El Almería se convirtió en un conjunto conservador que sabía sacar los partidos y que basaba su idea de juego en una buena defensa. Así, las seis jornadas que quedaban para terminar la primera vuelta se saldaron con tres victorias, dos derrotas y un empate. La derrota a domicilo frente al Granada fue bastante dolorosa, pues el conjunto indálico perdió en los compases finales por un error defensivo, dolor de cabeza a lo largo de gran parte de la temporada. El choque de la jornada 21 frente al Lugo fue la viva imagen de los jugadores que en mejor estado de forma se encontraban en ese momento. Rubén Alcaraz conseguía anotar un bonito gol de falta en el 90´ y ya en el descuento René detuvo un penalti de forma magistral. Con este agónico triunfo, la UD Almería se encontraba a cuatro puntos por encima del descenso.

Foto: La Liga 1|2|3
Foto: La Liga 1|2|3

La segunda vuelta comenzó con un Almería irregular pero con números de equipo de mitad de tabla. Así, perdió contra Oviedo (jornada 23) y Osasuna (jornada 26) aunque dejó tres buenos resultados a domicilio: dos victorias frente a Lorca (jornada 25 y 1-2) y Sevilla Atlético (jornada 27 y 0-3) y un empate frente a un claro candidato al ascenso, Huesca (jornada 29 y 2-2). Hubo algunos fichajes invernales como Sulayman Marreh, que tardó poco en adaptarse al doble pivote hasta el punto de ser un fijo. Si bien los otros dos, Lass (extremo) y Soleri (delantero); no aportaron prácticamente nada y no apuntalaron sus respectivas zonas de influencia. Dadas las circunstancias, el Almería llegaba a la jornada 30 con cierta holgura con cinco puntos por encima del descenso. Asimismo, jugadores como Pervis Estupiñán, Rubén Alcaraz o el ya citado Sulayman fueron claves para la mejoría del equipo.

Sin embargo, desde la jornada 30 hasta la 36, se desencadenó una ola de resultados bastante negativa para los intereses de la UD Almería que acabó con la dimisión de Lucas Alcaraz como técnico rojiblanco. Defensas como Owona, Joaquín o Trujillo no estaban nada acertados, los centrocampistas no conseguían alcanzar un equilibrio y los delanteros no mejoraban sus prestaciones de cara a puerta, pues el delantero con más goles era Pablo Caballero con tres tantos. En este espacio de tiempo, la escuadra unionista no obtuvo ninguna victoria y acabó consecuentemente con cinco derrotas y dos empates, la última en Zaragoza en la jornada 36 (2-1). Los empates en los dos choques anteriores (Cádiz y Albacete) trataron de frenar la hemorragia pero a esta altura no se trataba de puntuar sino de ganar.

A falta de seis jornadas y con el equipo en los puestos de descenso, volvió de nuevo Fran Fernández a fin de luchar por la salvación. En las jornadas 37, 38 y 39, el Almería consigue dos triunfos locales contra Barcelona B y Granada y un empate a domicilio contra el Tenerife, que le hacen recuperar el rumbo. René se convirtió en héroe y sostuvo a su equipo con sus paradas y Juan Muñoz despertó de su letargo y tuvo un rendimiento destacado en la recta final de temporada. Aún así, los pinchazos de Córdoba y Alcorcón mantuvieron al equipo de la ciudad de Almería en la cuerda floja, ya que llegaban a la última jornada sin depender de ellos mismos. FInalmente, en el partido que lo medía al Lugo, el cuadro indálico consiguió un empate y certificó la permanencia, ya que la Cultural Leonesa cayó en casa del Numancia. El milagro se había consumado.