De pelear por no descolgarse de los puestos de playoff a dar un paso de gigante camino a la Primera División. El Real Valladolid de Sergio González ha llegado, a la fase de ascenso a la máxima categoría del fútbol español, en el mejor estado de forma posible.

El encuentro entre Numancia y Real Valladolid, correspondiente al partido de ida de la final del playoff, ha sido el reflejo, una vez más, del trabajo del técnico catalán y sus jugadores. Victoria contundente por 3 goles a 1, que obliga a los de Pucela a depender de sí mismos para confirmar el ascenso.

Desde el primer partido de la semifinal del playoff, el Real Valladolid ha ofrecido un juego de calidad, que ha conseguido motivar a la afición. Tras la clasificación del conjunto blanquivioleta para final de la fase de ascenso, ni equipo, ni afición olvidaron la humildad. Creer en un estilo de juego, en un técnico y unos jugadores para la consecución de un objetivo. Eso es lo que plasma el Real Valladolid cada vez que salta al terreno de juego, y contra el Numancia no fue una excepción.

Los 11 elegidos de Sergio González saltaron al césped de Los Pajaritos para poner pie y medio en Primera. El conjunto soriano apretó e inquietó al Valladolid en los primeros minutos, pero cuando un equipo está de dulce es muy difícil plantar cara. Da igual a quién elija el míster, rotaciones de los hombres más en forma del Real Valladolid, Toni Villa y Pablo Hervías, no importa que las cosas no salgan a la primera, y esa es la clave.

La persistencia de los de la ciudad del Pisuerga hizo que la balanza se decantara hacia el lado visitante. Pese a no mostrar su mejor versión, el Real Valladolid no olvidó la pelota, quiso llevar el control del partido, sin olvidar la consistencia defensiva, y fue superior.

El Real Valladolid es un equipo trabajado desde la defensa hasta el ataque, sin olvidar ainguno de sus jugadores. El balón parado, sinónimo de preparación durante la semana, abrió la lata, y puso el segundo. Pablo Hervías, que apenas llevaba 20 segundos en el campo, marcó su tercera falta en cuatro partidos, en le primer balón que tocó. La suerte no es para quién la busca sino para quién la encuentra.

El Pucela está intratable. El fútbol que despliega es reconocible y elogiable, pero no renuncia a nada. Si no funciona la posesión, no olvida el balón en largo, el ataque a la espalda de la defensa. Sobre esto Jaime Mata sabe y controla, y fue el encargado de poner en bandeja el 3-0 a Óscar Plano.

El Real Valladolid pasó por encima del Numancia a base de fútbol y recursos. Identidad y trabajo. Constancia y confianza.

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Rubén Sáez
"La vida puede llegar a ser maravillosa"