Nada se le puede reprochar al equipo dirigido por José Alberto. Han realizado una temporada histórica, que quedará grabada para siempre en la memoria de todo el sportinguismo. Un equipo fiel a su estilo de juego, el cual no abandonó en ningún momento, tanto en los buenos como en los peores momentos.

El buen hacer del filial sportinguista queda reflejado directamente en la clasificación, con un segundo puesto en su grupo (por detrás de Mirandés). Es evidente que no fue un camino de rosas. Como le sucede a cualquier equipo, se produjeron altibajos. No obstante pudieron superar todas las adversidades juntos, formando un gran bloque, con el que el equipo se convertía también en una pequeña familia de jóvenes promesas.

Probablemente el peor momento de la temporada llegase en las semifinales de los playoffs de ascenso a La Liga 1|2|3. Después de eliminar de manera solvente a la UD Cornellà, los ‘guajes de Mareo’ se plantaban en las semifinales, donde se enfrentaron al Elche CF. Todo el mundo señalaba al Elche como favorito, lo cual pareció motivar al Sporting B, que compitió hasta el último minuto. Fue una eliminatoria muy igualada de la que podía haber salido victorioso cualquiera de los dos equipos.

No fue un mal momento en cuanto al juego, ni mucho menos. Los pupilos de José Alberto mostraron un gran juego dominando la eliminatoria durante muchos minutos. Se trata del peor momento, en cuanto al fuerte mazazo que supuso la derrota. Y es que el Sporting B se llegó a adelantar en los dos partidos, y en ambos el conjunto ilicitano consiguió darle la vuelta al marcador (en los últimos minutos). Nino fue, una vez más, el fantasma del Sporting, y una pieza clave en ambas remontadas.

Es evidente que en el filial se encuentra el futuro del Sporting, y más teniendo en cuenta la actual situación del club, en la que solo 11 jugadores tienen contrato para la próxima temporada.