La afición del Real Zaragoza inundaba los alrededores de La Romareda el nueve de junio en una tarde de fútbol que podría llevar a los blanquillos a la final de los playoffs, una victoria que les acercaría a un sueño que se lleva años persiguiendo en la capital aragonesa. Sin embargo, la decepción chocó de lleno con los jugadores en el minuto 90, cuando el club numantino marcó el gol que les dio el pase a la siguiente ronda de unas de las eliminatorias más crueles.

Un duro golpe para jugadores y afición, que salieron del estadio llorando acompañando al tiempo, las nubes también lloraban. Sin embargo, no fue el único momento duro para el Real Zaragoza. En la primera vuelta, los blanquillos estaban al borde del precipicio e incluso se tenía en mente el descenso. Los de Natxo González comenzaron la temporada perdiendo, aunque con una forma de jugar bastante clara que dejaba destellos de calidad sin eficacia en las áreas. Este aspecto influyó en que los puntos conseguidos posteriormente no permitiesen el ascenso directo.

Sin puntos, sin confianza

Una jornada tras otra, en la primera vuelta la victoria no llegaba a Zaragoza. Aunque algunos seguían siendo fieles, otros dejaron de ir a ver los partidos y La Romareda nunca se llenaba. Cuando seguían sin sumar puntos en la clasificación, se empezó a criticar al entrenador y no se confiaba en el equipo. Natxo González se justificaba diciendo que casi la totalidad de los blanquillos eran nuevos en el equipo y que por esta razón necesitaban un período de adaptación.

Fue una etapa de la competición complicada también para los jugadores, que no veían reflejado su trabajo en los resultados obtenidos. Poco a poco el nivel del juego fue empeorando y al llegar a la intersección media de la temporada los blanquillos solamente sumaban 24 puntos tras el empate contra el Barcelona B. Es cierto que en partidos como contra el Granada o la Cultural Leonesa el Real Zaragoza se mereció sacar algún punto más, pero dejaron atrás muchos de los que les habrían servido para lograr con facilidades el ascenso directo.

Tras esta mala racha, se colaron poco a poco en los puestos de promoción durante una segunda vuelta prácticamente intachable. Pero la eliminatoria para el ascenso a Primera División es dura y solo un equipo sale ileso. El club maño esperaba una holgada victoria en La Romareda frente al Numancia que no llegó. En lugar de esto los blanquillos obtuvieron una amarga derrota en el último minuto de juego. Varios días después, tanto la afición como los jugadores seguían conmocionados por sus ilusiones rotas. La primera vuelta de La Liga 123 fue la que en realidad le quitó al zaragocismo la ilusión de ascender.