La magia de los playoffs volvió a aparecer, en este caso en La Florida. El partido que enfrentaba al Portugalete y Castellón se antojaba  como un duelo con un gran sabor a Segunda B. Ambos equipos venían en una buena dinámica después de superar las dos fases previas, colocándolos así como dos grandes aspirantes para ascender a la categoría de bronce. De esta manera, el campo se vistió de gala, albergando lo que sería uno de los partidos más vibrantes de la actual temporada.

No es tiempo de arriesgar

Los primeros minutos vividos en La Florida fueron lo que se llaman minutos de tanteo. Ningún equipo arriesgaba, convirtiendo los balones largos en el recurso más utilizado en ambos equipos. El Portugalete no dudó, esos balones tenían que caer en los pies de Bengoetxea. El extremo zurdo supo hacer daño por la izquierda e incluso llegó a conectar un par de disparos en el primer cuarto de hora que no pusieron en apuros al portero del Castellón. No obstante, el marcador no se movía, aunque el cronómetro  siguiese  corriendo.

Por parte del equipo dirigido por Sergio Escobar, las ocasiones de gol fueron prácticamente inexistentes. El Castellón avisó en alguna contra con Serra y Nuha, sus dos armas ofensivas, aunque sin mayor peligro. El jugador nacido en Gambia fue constante el toda la primera parte, poniendo en apuros a la defensa local en más de una ocasión. En definitiva, el plan de Castellón era abrir y buscar centros al área, en la mayoría de ocasiones sin mayor peligro.

Nuevos aires en la segunda mitad

Después de 45 minutos sin demasiados sobresaltos, la segunda mitad dio nuevos aires al partido. El conjunto local salió bastante mejor, acercándose al área de Castellón en reiteradas ocasiones. Cuando apenas habían transcurrido diez minutos de la segunda mitad, un remate a la salida de un córner puso el 1-0 para el Portugalete. El gol de Gabri no sentó demasiado bien al Castellón, aunque estos nunca se rindieron. Cuando posiblemente   mejor estaba el equipo visitante, un remate gualdinegro metió el miedo en el cuerpo.

Los minutos pasaban y el Portugalete parecía sentirse cómodo con una mínima renta a favor. La recta final se jugó al ritmo que le interesó al cuadro local. Los hombres de Sergio Escobar apenas llegaban al área enemiga, limitándose a sacar balones largos. En el último cuarto de hora, apenas se vio fútbol. Ambos equipos estaban más concentrados en protestar al árbitro que en el simple hecho de jugar. 

Cuando menos se esperaba, llegó el empate

La Florida vivía los últimos minutos de lo que parecía ser un encuentro inmejorable. Su equipo ganaba y no había recibido ningún gol en contra. No obstante, el fútbol a veces el cruel, siendo este encuentro un claro ejemplo de ello. Cuando el electrónico marcaba el minuto 94, un penalti realmente innecesario dio alas al Castellón. En esos momentos, toda la responsabilidad caía en manos de Cristian Herrera, el cual no falló, poniendo el empate en el marcador. Gol visitante y se acabó, no daba tiempo para más. Jarro de agua fría para los jarrilleros. De tener encarrilado el ascenso a Segunda B a verse obligados a remontar en Castalia.

Nunca hay que olvidar que esto es un playoff y que, por tanto, cualquier cosa puede pasar. Este resultado favorece al equipo de la Comunidad Valenciana. El conjunto gualdinegro necesita ganar o empatar a más de un gol si quiere obrar el milagro. 90 minutos para alcanzar su sueño son los que faltan por disputarse en un Castalia que puede vivir una de esas noches para el recuerdo.