Aunque al final la cosa no ha ido tan mal y se ha cosechado un triunfo más, no puede negarse que el gran revés de esta campaña fue, sin lugar a dudas, cuando el equipo se vio apeado de la máxima competición del Viejo Continente por culpa de los despistes ante el Qarabag. Para muchos, teniendo en cuenta las tesituras en las que se estaba desarrollando la temporada, el desgaste de los jugadores y la imposibilidad de incorporar nuevos futbolistas, no fue una descomunal sorpresa, pero una cosa no quita la otra, y la decepción inundó a la familia colchonera.

El camino de la copa parecía llano en un principio. Aparentemente, en la senda del Atlético sólo aparecían rivales de categorías inferiores, lo que daba lugar a soñar que las opciones al título seguirían vivas hasta las fases más avanzadas del torneo. Sin embargo, un potente Sevilla se vistió de obstáculo en la caminata del Atlético, que tropezó con la también rojiblanca piedra.

Foto: Noelia Déniz - VAVEL
Foto: Noelia Déniz - VAVEL

Tras estas dos duras eliminaciones, ¿quién iba a pensar que el Atlético fuese a ser capaz de hallar consuelo alguno? Pues bien, el equipo respondió a las circunstancias que se le avinieron de una manera formidable. ¿Qué hay que jugar la Europa League? Pues a por ella, y encima, quedando segundos en liga. Lo que al principio pintaba como una temporada insípida terminó con final feliz en Neptuno, con El Niño logrando su sueño y sobreviviendo a los tormentos y sanciones que marcaron la 2017/2018.

La Champions, tan lejos y a la vez tan cerca

Tampoco este año pudo ser. El eterno sueño del Atlético se terminó más pronto de lo que se habían acostumbrado estos jugadores, puesto que el equipo cayó en la fase de grupos. Y así, quienes aparentemente más fáciles les iba a poner las cosas a los del Cholo, los condenó con dos empates, que sumados a sus resultados contra la Roma y el Chelsea, colocaron al Atlético en la tercera posición del grupo C.

La carrera por la “orejona” comenzaba ante la Roma, partido que terminó sin goles. Después, el Chelsea visitó el Metropolitano, donde fraguó la primera derrota de los rojiblancos en sus nuevos feudos. De repente, en la última jugada, Batshuayi perforaba la portería de Oblak para hacer campeones del partido a los blues.

¿Cenicienta, dónde?

El Atlético cogió aire después de enfrentarse a estos gigantes de Europa, pensando que gozarían de una tregua para medirse con tranquilidad al Qarabag, pero no fue así. De hecho, el colista fue su perdición, puesto que los colchoneros sólo fueron capaces de sacar dos puntos de los seis disputados contra el conjunto azerí. En definitiva: sacaron mejores resultados contra el primero de grupo que contra el último, cavándose así su túnel dirección Europa League.

Enmendar este tropiezo ya no sólo dependía del Atleti, sino que también habrían de tener suerte con los resultados que sacasen los demás. Pese a que los rojiblancos intentaron resurgir de sus cenizas y ganaron a la Roma 2-0, se quedaron a medio camino. El Qarabag no ganó y los madrileños empataron en el Stamford Bridge. 

El Sevilla ganó el duelo de rojiblancos en copa

Eran momentos difíciles para el equipo, pero la pelea por la Copa del Rey seguía viva. Quizás fueron los nervios, los obstáculos en otras competiciones, o la suma de mil y una circunstancias, pero el equipo no duró demasiado en esta carrera.

Al principio, parecía que habían tenido suerte: los dieciseisavos y los octavos fueron relativamente “descafeinados”, pues al Atleti le tocó enfrentarse con equipos de categorías inferiores. En primer lugar, el Elche, aunque les dio un susto a los colchoneros en tierras de Saúl (1-1), no fue capaz de vencer a la zaga en el Metropolitano (3-0). Después le llegó el turno al Lleida Esportiu, que nada tuvo que hacer contra el Atlético: el resultado global fue de 7-0.

Los atléticos habían ganado confianza suficiente para seguir adelante en el torneo, pero las alas de su sueño fueron cortadas en cuartos. El Sevilla reunió una fuerza inesperada, que golpeó al Atlético en ambos partidos. El resultado de ida (1-2) parecía que iba dar pie a una remontada en el Sánchez Pizjuán, pero la cosa se puso aún más negra, pues el equipo cayó derrotado por 3-1. 

Y así fue como triunfó el sentimiento

Última esperanza. Última oportunidad de construir una temporada bonita. Última razón por la que soñar de la 2017/18: la UEFA Europa League. Aquella que tantas alegrías había traído a las gradas del Calderón, tenía ahora la misión de hacer lo propio en el nuevo estadio, y no defraudó. Ganarla esta vez era casi obligatorio. El Atlético, desde el primer momento en que se supo que jugaría en esta competición, fue señalado como favorito. Esto no nubló en absoluto los objetivos de Simeone, que devoró a cada rival que se les puso por delante.

La nueva aventura comenzaba contra el Copenhague, seguido del Lokomotiv de Moscú. Estos dos primeros rivales apenas opusieron resistencia, cayendo contundentemente contra el Atlético (los resultados globales fueron de 5-1 y 8-1, respectivamente). Después, le llegó el turno al Sporting de Portugal, que logró vencer en sus feudos (1-0), pero no fue suficiente para remontar el resultado de la ida (2-0).

A estas alturas, el Atleti hubo de enfrentarse al otro gran favorito para el título: el Arsenal. Las semifinales fueron, para muchos, como una final anticipada. Además, en partido de ida, el Atleti tuvo que pagar por unos errores que estuvieron a punto de costarle el partido: Vrsaljko y Simeone fueron expulsados en cuestión de 10 minutos. El panorama era complicado, pero la zaga no se rindió, y no dejó al Arsenal llevarse la victoria en su casa. La vuelta, igualmente sufrida pero con la seguridad de que el Mono Burgos haría bien su trabajo, dejó un resultado en el marcador (1-0) favorable para que el Atleti volviese a jugar una final europea.

FOTO: Atlético de Madrid
Foto: Atlético de Madrid

"Poner la dirección rumbo hacia Lyon, volver a ser campeones y cantar el alirón"

Final en Lyon, 32 años después. Increíble, pero cierto. Bajo el lema “Atleti forever”, el equipo no ofreció dudas ante el Olympique de Marsella, y le devolvió la sonrisa a la afición colchonera. Ajenos a la polémica levantada por el futuro de Griezmann y sin el Cholo, aunque con un gran Germán en el banquillo, el título se fue para casa después de dos goles del “gallito” y otro del capitán Gabi