Una nueva página se ha escrito en la historia del CD Leganés. La temporada ha llegado a su fin y su recuerdo está presente. El mal trago final no se lleva los buenos recuerdos que ha dejado un equipo incansable y que, en parte, ya es historia. Entrenador y capitán, dos de las personas encargadas de guiar el barco pepinero hacia el puerto en el que se encuentra ahora, se bajan del navío en busca de nuevas aventuras. Junto a ellos marcharán el cuerpo técnico y algunos jugadores, provocando así una renovación completa de la tripulación.

Eso sí, siempre quedará su recuerdo. El tan ansiado ‘EuroLega’ del que tanto se hablaba cuando apenas se había disputado media temporada, o las noches por Villarreal, Madrid y Sevilla. Pura fantasía. Recuerdos memorables que se cerraron hace días con el llanto de una afición, la cual despedía a sus ilustres sobre el tapiz de un Estadio que ha vivido citas inolvidables. Sin embargo, también les ha tocado sufrir, sobre todo en Liga. Wanda Metropolitano, Montilivi, Mestalla o en la visita del Levante a Leganés fueron encuentros de pura angustia para los blanquiazules. En todos ellos recibió 3 o más goles y se marchó con el casillero vacío.

Trágico final en Sevilla

Sin lugar a dudas, el peor momento se vivió en el Sanchéz Pizjuán. Era el todo o nada habitual en una semifinal. Quedarse a las puertas o lograr llegar a la cima. El partido de ida había dejado la eliminatoria abierta para ambos equipos. El Sevilla partía con cierta ventaja por haber anotado como visitante, lo que obligaba al Leganés en pensar únicamente en la vitoria. Las esperanzas estaban depositadas en alcanzar la hazaña que todo humilde equipo sueña realizar. Todos eran conscientes de la dificultad del enfrentamiento, pero no había imposibles. La ciudad, el club y el equipo se veían capaces de disputar la final de Copa del Rey.

Leganés se movilizó hacia Sevilla después de las alegrías vividas, queriéndose dar el gusto de una más, no era mucho pedir. La semana de espera se les hizo eterna. La felicidad abundaba de camino a la ciudad hispalense. Una vez en el partido todo cambió. El Leganés se mantuvo la mayor parte del partido remando a contracorriente, buscando la heroica, pero no fue posible. El Sevilla anotó el segundo para agrandar la herida en los corazones blanquiazules. El golpe anímico en aquel instante sitúa ese momento como uno de los peores. No obstante, al poco tiempo, afición y jugadores vieron la gesta como todo un mérito y no como una decepción. Siempre mirando la cara positiva.

Champagne y Siovas tras la sentencia del Sevilla | Foto: LaLiga
Champagne y Siovas tras la sentencia del Sevilla | Foto: LaLiga

Saliendo del Bernabéu por la puerta grande

Lo bueno queda para el final. Antes de aquella sufrida noche de vuelta hacia casa, con la miel en los labios, los leganenses habían gozado de unos días de júbilo. El Santiago Bernabéu había sido tomado por el combinado pepinero semanas atrás. La derrota en el partido de ida no generó la suficiente confianza como para creer en la remontada. La grandeza del Real Madrid y su sequía en la Copa del Rey asustaban a un humilde y guerrero Leganés.

Eraso golpeó primero e hizo creer a los suyos. Benzema prosiguió con los goles, pero no sabrían que el último estaba por llegar. Gabriel voló por el cielo de Madrid y marcó el gol de un sueño. Tan solo sería necesario esperar al pitido final, y así fue. La locura invadió el verde del Santiago Bernabéu, los jugadores todavía no eran conscientes de lo que acababan de realizar. Ambiente de fiesta en la capital. Aquella noche de 24 de enero ha quedado grabada en mayúsculas en la mente de todo Leganés. Y es por ello que se ha convertido en el mejor momento de la temporada.