La selección española viaja a Kazán para jugar su segundo partido de la fase de grupos del Mundial de Rusia, ante Irán. El equipo dirigido por Carlos Queiroz es ahora líder de grupo, tras haber superado por un gol a cero a Marruecos. España, por ahora, se encuentra empatada a puntos junto con Portugal, tras el empate a tres en Sochi. El partido ante Irán será crucial para la selección española, la cual tiene que encontrar una victoria si quiere pasar a los octavos de final del mundial. 

Todo pasa por los pies de Azmoun

En la selección de Irán no podemos encontrar nombres de jugadores mediaticamente conocidos, si bien hay tres jugadores en el equipo que son la clave de esta selección: Azmoun, Jahanbakhsh y Ansarifard. El primero de todos es un jugador joven, con proyección de futuro y que juega en el Rubin Kazan. Ante Marruecos le pudimos ver llevando el control del ataque iraní, si bien todavía le falta definir de cara a portería. Con 23 años, este jugador rápido puede poner en dificultad a la defensa de España. Los otros dos jugadores actúan por las bandas. Son hábiles con el balón y hacen conectar el juego con la delantera. Los tres son jugadores que descargan bien el balón hacia los centrocampistas y hacen que el equipo se tome un respiro. Amenazas, sí, pero la defensa de España está capacitada para superarles.

El bloque defensivo 

Si hay algo que caracteriza a las selecciones del norte de África es su defensa. Cuando no tienen el balón se repliegan y todos defienden en su posición a la espera de entrar al jugador que ataca con balón. El centro del campo es un fortín, con nombres que complicaron el ataque marroquí como Ebrahimi, Amiri o Shojaei; por detrás actúan jugadores seguros como Hajsafi o Pouraliganji. Si Irán tiene ocasión de marcar un gol, será complicado a ellos hacerles uno, porque cuando defienden, lo hacen con todo. Esto se puede corroborar con la selección de Túnez, a la que Inglaterra no pudo hincarle el diente hasta el minuto 90, momento de la victoria.