La selección española derrotó gracias al solitario gol de Diego Costa a una rocosa selección iraní que planteó un partido ultradefensivo con constantes pérdidas de tiempo y balonazos en largo sin ningún destinatario. A pesar de lo que podría parecer y de lo que fue España en algunos partidos del mundial de Sudáfrica, el equipo de Fernando Hierro no jugó un buen partido y estuvo a punto de complicarse la vida. Eso sí, una victoria ante Marruecos podría significar el primer puesto del grupo dependiendo de lo que haga Portugal.

España introducía solo una variante táctica, más allá de la recuperación de Carvajal, en la alineación con respecto al partido ante Portugal. Lucas Vázquez entraba por Koke para abrir el campo. Lo cierto es que en la primera parte, el equipo español tuvo graves problemas para encontrar espacios debido al gran trabajo defensivo de la selección entrenada por Carlos Queiroz. Ni Iniesta ni Silva encontraban a  Diego Costa, tampoco Carvajal y Jordi Alba profundizaban con peligro por las bandas y Lucas Vázquez tampoco conseguía desequilibrar a una ordenada defensa iraní. A pesar del monopolio de la posesión, solo Isco estuvo brillante en una primera parte que acabó con apenas dos tiros a puerta de la selección española.

Hacía falta cambiar algo desde el banquillo, pero no hubo reacción por parte de Fernando Hierro. España comenzó mejor la segunda parte y el gol llegó como consecuencia de una buena jugada de Iniesta. A partir de ahí, España perdió el control. Irán que apenas había cruzado el mediocampo en la primera parte, comenzó a trenzar pases que desarbolaban a la selección con demasiada facilidad. Busquets, lejos de su mejor nivel, no conseguía frenar a una Irán que comenzaba asustar. Es difícil explicar que con Piqué, Ramos, Busquets, Silva, Iniesta e Isco un equipo sea incapaz de controlar el ritmo del partido. El gol anulado por el VAR fue el clímax de una asfixia poco comprensible. Salió Koke por Iniesta y España comenzó a defenderse mejor. Sin embargo, cualquier centro al área parecía capaz de crear peligro.

Asensio salió desconectado y con poco acierto y Rodrigo sin casi tiempo por delante. El partido acabó con la victoria de España, pero con un sabor amargo. Queda la sensación de haber sido incapaz de crear peligro con un dominio aplastante de la posesión y también de haber sido frágil cuando se había puesto por delante.  España deberá mejorar para ser competitiva en este Mundial. De momento, tiene el primer puesto al alcance de la mano y eso, después de todo lo que ha pasado, no parecía sencillo.