La selección francesa, capitaneada en este último partido por el defensa central madridista Raphael Varane, jugó este partido en el Olimpisky Stadion Luzhniki contra la selección de Dinamarca.
Fue un partido muy controlado por ambas selecciones y con pocas ocasiones para ambos combinados nacionales. Las dos victorias en los partidos anteriores a este hacían prever que estos se clasificarían para la siguiente ronda, dependiendo de este último partido, por que por diferencias de goles y por diferencia de tarjetas, estos eran superiores a sus rivales del grupo.
Tanto control del partido de ambos combinados, dio frutos en forma de posesión para las selecciones, pero donde se convirtió en un partido aburrido, por falta de ocasiones de gol.
La selección entrenada por Didier Deschamps, jugará esta ronda de octavos de final, el Sábado 30 de Junio, contra el segundo clasificado del Grupo D del mundial, en el Kazan Stadion a las 16 horas, hora peninsular española.
Los posibles rivales de estos, pueden ser la selección croata, comandada por Luka Modric, nigeria, Islandia o Argentina, dependiendo de que puedan clasificar estos últimos.
El jugador francés utilizó este encuentro para recuperar sensaciones y ver cómo se encuentra con sus compañeros.
La complicidad con sus compañeros y el buen rollo hace que el defensa se entienda a la perfección con sus compañeros de selección, a la perfección, ya que en tareas defensivas, estos solamente han encajado un único tanto en los tres partidos clasificatorios, y donde estos han sido capaces de marcar dos goles en los tres partidos, obteniendo un +2 en la tabla clasificatoria, en lo que a diferencia de goles se refiere.
Este partido, fue uno mas de los que se está viendo en este mundial, donde las selecciones controlan demasiado el juego, lo que provoca que se pierda la esencia del fútbol, el gol. Estos alicientes dan resultado con partidos de fútbol poco vistosos y a veces, aburridos.