Nos encontramos en pleno mes de diciembre, cuando el Real Zaragoza estaba situado en el puesto número 14 de la clasificación, sin juego, sin ideas, y sin el apoyo de su afición. La Romareda bajó la afluencia notablemente debido al juego y la posición en liga del equipo, aunque hubo fieles que siempre estuvieron allí.

El juego del equipo a la vuelta de las vacaciones invernales mejoró, y con ello la ilusión en la ciudad. Poco a poco el Real Zaragoza empezaba a ganar partidos y la afluencia del estadio blanquillo comenzaba a aumentar. El culmen fue el encuentro frente al Numancia, en la semifinal de los playoffs de ascenso, donde La Romareda se llenó.

Pero, ¿por qué se ha pasado de los 13.000 espectadores a los 29.000? Un motivo a lo que se podría achacar este incremento de espectadores podrían ser las condiciones meteorológicas, así como que la infraestructura del campo no ayuda a la hora de soportar una jornada de lluvia.

El club, al corriente de ello, aprovechó los buenos resultados del equipo poniendo precios muy suculentos, así como ofertas de entradas para dos partidos pagando sólo uno. Este hecho hizo que la gente fuera animándose a ir al fútbol a apoyar al equipo de su ciudad.

A partir de la segunda vuelta, el Real Zaragoza ha sido casi imbatible en casa, y solo Sevilla Atlético y Numancia, en las eliminatorias de acenso, han conseguido vencer al equipo aragonés en su feudo. Una de las claves de este buen rendimiento en casa es el apoyo que la afición brinda al equipo durante los 90 minutos que dura cada encuentro.

Es increíble ver los contrastes de los partidos del Barcelona B y el Sporting de Gijón. Al primero, acudieron 13.000 personas, al segundo 28.000 espectadores. Una afición de jóvenes y mayores, donde muchos niños visitaron por primera vez La Romareda y se enamoraron del equipo. Eso es lo más importante que ha conseguido el club esta temporada.

Jugadores del Zaragoza celebrando un gol | Fotografía: La Liga
Jugadores del Zaragoza celebrando un gol | Fotografía: La Liga

Y es que no hay mas que ver los recibimientos en la Calle Luis Bermejo, donde la afición presente fue de más a menos. Esta iniciativa se inició en el partido de la primera vuelta frente al CA Osasuna, pero no se secundó hasta el partido frente a la SD Huesca, el punto de inflexión. 

Los últimos dos recibimientos, frente al Real Valladolid y al CD Numancia llenaron la larga calle por la que los autobuses arriban a La Romareda. Mas de 25.000 aficionados recibían a su equipo, con la intención de llevarlos en volandas a la victoria.

Otro punto fuerte de la afición es el cariño que le ha cogido desde bien temprano a la plantilla. En cambio si alguien del equipo siempre ha sido puesto en duda por la afición ha sido su entrenador, Natxo González, con quien volverán a verse las caras cuando se enfrenten contra el Deportivo de la Coruña.

La comunión entre equipo y afición este año ha sido espleédida. Jugadores como Cristian Alvarez, Raúl Guti, Jorge Pombo, Giorgi Papunashvili y en especial Borja Iglesias, han sido los favoritos de los aficionados. Con el guardameta argentino hubo dudas al principio debido al estado de forma en el que podía llegar, pero se acabó ganando el cariño de la afición con sus increíbles paradas, la cual terminó coreando su nombre y apoyando al guardameta en cada partido.

El caso de los canteranos era algo esperado. Después de años de jugadores y de remodelaciones completas de plantilla y cuerpo técnico, este año han sido ellos los que han tirado del carro zaragocista, y eso ha enamorado a la afición de La Romareda, llegando a hacer canciones con sus nombres y levantando la ilusión de que un nuevo futuro en el Real Zaragoza es posible, al igual que la vuelta a Primera División.

Borja Iglesias ha sido el favorito de la afición, sin duda alguna. El jugador cedido por el Celta de Vigo, además de por sus goles, ha ilusionado a los blanquillos por su talento humano, siempre atento a los aficionados y muy cercano a ellos siempre que la situación lo ha requerido.

Borja Iglesias celebrando un gol | Fotografía: La Liga
Borja Iglesias celebrando un gol | Fotografía: La Liga

Pero si hay un jugador que tiene y ha recibido el cariño de la afición, ese es Alberto Zapater. Desde que volvió, el de Ejea de los Caballeros ha sido protagonista de cánticos y ovaciones cada vez que era sustituido, y es que al capitán blanquillo nunca se le podrá negar su entrega sobre el campo, su lucha y garra por defender la camiseta del Real Zaragoza.

Este año la afición vuelve a estar ilusionada. La llegada de Idiakez, los nuevos refuerzos y las renovaciones de los jugadores de la cantera han hecho que la fe en el club y en un posible ascenso sea latente. Desde el primer día de la campaña de abonos, esta fue bien recibida y las colas en las oficinas de La Romareda hacen indicar, con toda seguridad, que el número de abonados crecerá este año respecto al anterior.

Y es que, un nuevo futuro espera al Real Zaragoza, y por ello, desde la dirección del club han querido que la afición esté más cerca de la entidad, manteniendo el precio de los abonos, y creando una nueva grada llamada "gol de pie", la cual será una especie de grada de animación, donde los grupos y peñas mas activas del Real Zaragoza se dejarán la garganta para que desde el primer día el equipo y la afición se unan, para crear en La Romareda un ambiente hostil para los rivales como lo fue antaño.

De momento, el equipo arrancará la pretemporada el día nueve de julio, con caras nuevas y con buena parte del equipo del año pasado, los cuales le enseñarán a los novatos la importancia de la afición del Real Zaragoza, la cual es el activo más grande del club y la cual nunca va a fallar al equipo. Viene un año lleno de ilusiones, de esperanzas renovadas y de volver a luchar por el ascenso. La afición esta ilusionada y preparada para transmitir esas ganas tan necesarias a los jugadores.