La Real Federación Española de Fútbol anunció a través de su presidente Luis Rubiales a lo largo de la mañana del 9 de julio que finalmente la Supercopa se jugará el 12 de agosto y el destino será posiblemente en Tánger (Marruecos). Ante esta primicia, el Sevilla contestó a lo largo de la tarde en sus redes sociales que no tienen constancia de tal decisión ya que aún no habían comunicado al club ''nada de forma oficial al respecto''.

Pero una vez ya recibido la decisión por parte de la RFEF, el Sevilla ha hecho un comunicado expresando el malestar sobre el asunto pero acatará las decisiones pese a no estar de acuerdo porque desde el club creen que se ha tomado esa decisión pensando en favorecer más al Barcelona que al Sevilla. De esta forma, de manera contundente, la entidad hispalense ha revelado que ''hace constar su absoluta disconformidad con la decisión tomada por la RFEF de que la final de la Supercopa de España se dispute a partido único. El club, pese a considerar injustificada la decisión de disputar la final a un solo partido, no piensa renunciar a jugar una final''.

Cabe recordar que el principal motivo del problema de agendas es porque el Barcelona tiene prevista una gira por Estados Unidos y no hubiera tenido tiempo suficiente de preparar el partido de la Supercopa de España si se hubiera jugado como se fijó en el calendario,el 5 y el 12 de agosto. De esta manera, el Sevilla ha dejado claro que la decisión de la RFEF ha sido ''específica con la intención exclusiva de solucionar los problemas del F.C. Barcelona'', incluso alegando que ''se trata de una decisión puntual para esta temporada porque piensan seguir organizando la competición a doble partido en las próximas temporadas''.

En el comunicado, el Sevilla asegura que en las últimas reuniones con Rubiales y dirigentes del Barcelona insistían que el día se quedara fijado tal y como estipula el calendario oficial pero reiteran que ''han tomado una decisión perjudicial, incluso aún sin tener una sede definitiva, lo que este club considera una falta de respeto a nuestra institución y a nuestros aficionados'', ya que no hay que olvidar que el abono comprado por los aficionados incluye el partido de ida de la Supercopa de España, cosa que al final no será posible.

Así pues, el Sevilla asegura que a pesar de la disconformidad y el malestar generado, no quiere renunciar a una final y la jugará con la intención de conseguir su segunda Supercopa de España y ''estudiará la fórmula más idónea para compensar a sus abonados por la imposibilidad de poder celebrarse el partido de ida en nuestro estadio tal y como estaba previsto''.