El director deportivo del Real Sporting de Gijón, Miguel Torrecilla, realizó unas declaraciones que no han calado bien entre la parroquía rojiblanca. En la presentación del nuevo fichaje, Francisco Molinero, y en medio de las dudas que han surgido ante la posible salida de uno de los jugadores más importantes para el Sporting, Sergio Álvarez, Torrecilla dejó abierta la salida a cualquier jugador de la plantilla.
Deja entrever de esta manera que el Sporting escuchará ofertas por Sergio y, en principio, los clubes que quieran ficharlo no tendrán que pagar su claúsula (que en Segunda desciende a 6 millones de euros). La salida del avilesino destrozaría por completo las ilusiones de la afición sportinguista. Lo que queda claro es que la opinión de Sergio ha tenido que cambiar en estos últimos años, ya que temporadas atrás el propio jugador decía que si le llamaba algún club colgaría inmediatamente.
El proyecto de Torrecilla para volver a Primera resulta, de primeras, desconcertante. La base de los 'guajes' queda totalmente destrozada (solo Sergio y Carmona quedan de aquel equipo) y sin contar con jugadores que la pasada campaña en el filial sobresalieron gratamente (Víctor Ruíz, Cayarga...). Además, todo parece indicar que Torrecilla volverá a esperar por los descartes de los equipos de Primera y obtener así sus cesiones. Un método que el año pasado no funcionó ya que no se logró el ascenso, pero que jugadores como Rubén García, Santos o Bergantiños (y más tarde Jony) sí que fueron muy rentables, pero cedidos.
El Sporting no cuenta en estos momentos con delanteros centros, ni con mediapuntas (Pablo Pérez saldrá cedido en los próximos días) y con un único lateral en cada banda, por lo que urge que el director deportivo rojiblanco comience a fichar jugadores destinados a formar parte de un proyecto cuyo único objetivo es claro: el ascenso.