Raphaël Varane se proclamó Campeón del Mundo en el estadio de Luzhniki tras derrotar por 4-2 a la Croacia de Modric.

La final empezó con Croacia intentando crear ocasiones de peligro. En el minuto 17, Brozovic cometió una falta en la frontal del área sobre Griezmann. El jugador rojiblanco la puso en el área y Mandzukic la peinó de cabeza hacia atrás, despistando a Subasic y subiendo el primer gol en el marcador para les Bleus.

Croacia lo seguía intentando y merecía el empate, que llegó en el minuto 28 con una jugada a balón parado que pone Modric y peina Vida para que Perisic recorte a Kanté y bata a Lloris. Poco después, en el minuto 34 en un córner para Francia, Matuidi la tocó levemente con la cabeza y luego Perisic desvía el balón con la mano. Pitana, árbitro argentino de la final, vió voluntariedad y pitó penalti. El encargado de tirarlo fue Griezmann  que materializó el segundo gol para los galos. Terminó la primera parte con una Croacia que había tenido la posesión y 7 ocasiones de gol y con una Francia que aprovechó al máximo una falta y un penalti para ponerse por delante.

En la segunda parte, el partido se desequilibró con la llegada de 3 goles más. Croacia, con Modric llevando la batuta intentó la remontada. Francia, por su parte, se mantenía solida con Varane en centro de la zaga. El cuarto gol del encuentro fue para Francia y nació de las botas de Pogba en el minuto 59, un gol cargado de potencia. En el 65', otro batacazo para Croacia con un nuevo gol francés de Mbappé que con un disparo raso batió a Subasic.

La final se ponía muy cuesta arriba para la selección de Dalic, pero Mario Mandzukic estuvo listo aprovechando un fallo de Lloris. Con 4-2, Croacia lo siguió intentando con voluntad, pero muy mermada físicamente luego de haber jugado tres prórrogas en este Mundial.

Tras el pitido final, Varane conseguía ampliar su gran palmarés con tan solo 25 años. Ha conseguido 4 Champions, 1 Mundial, 3 Supercopas de Europa, 3 Mundial de Clubes,2 Ligas, 2 Supercopas de Europa y 1 Copa del Rey. Lograr tantos títulos era el sueño de aquel niño de 18 años que colgó la llamada de Zidane porque estaba estudiando para selectividad.

“Dice Dembélé que me ha pasado el juego. Es una temporada estupenda, lo que estoy viviendo es algo enorme, fantástico, mi carrera ha arrancado de forma espectacular, a los 25 un Mundial, no tengo palabras”, afirmó el central madridista.

Hoy, 7 años después, es campeón y haciendo un Mundial sublime, siendo decisivo con su cabezazo frente a Uruguay, disputando todos los minutos y siendo una pieza fundamental en la defensa para su seleccionador, Deschamps.