Las redes sociales son, probablemente, el mayor avance que la sociedad ha vivido desde el inicio del tercer milenio. Acercan lo que antes estaba a miles de kilómetros y permiten dar nuestra opinión sobre todo tipo de temas sin temor y tener acceso a todo tipo de información. Sin embargo, tiene sus aristas.

En una época en la que todo es observado y comentado en las redes, el deporte está en el punto de mira por algo que siempre ha existido pero que con la llegada de las redes sociales se ha intensificado y por fin se ha puesto en el foco: la violencia verbal (y física) de los aficionados.

Los datos son escalofriantes. Una de cada tres personas que comentan fútbol en redes insulta durante los partidos. El 26% de los comentarios que se hacen son violentos, y el 12,1% entran en el mundo de la discriminación social.

¿En qué se traduce todo esto? Por poner un ejemplo gráfico, el Sindicato de Árbitros de España presentó en pasadas fechas un informe donde denunciaba que cada fin de semana el fútbol base español tenía que asistir a cincuenta agresiones a árbitros. Un dato que convierte un problema en una auténtica lacra.

Y en medio, los niños. El fútbol base es uno de los principales perjudicados de toda el clima de violencia que respira el deporte de nuestro país. Lo ven en las redes, lo ven en los campos cada fin de semana, lo ven en sus padres cuando son ellos lo s que juegan y lo sufren en ocasiones debido a una exigencia desmesurada.

Todos los que de pequeño hayan jugado a algún deporte de equipo lo entenderán. Siempre había ese padre (si no era el propio) que, creyendo que tenía un diamante en bruto en sus manos, trataba a su hijo como si de una disciplina de alta competición se tratara, con una exigencia desmesurada. Una exigencia que acaba siendo fruto de frustraciones y de alguna que otra imagen vergonzante.

Para tratar de paliar esa lacra de la violencia en las redes cuando se habla de deporte y del buen trato de los padres hacia el fútbol base nació hace dos años la campaña ‘No seas hooligan’. Lanzada por la Fundación Brafa, con sede en Barcelona, con siete vídeos repartidos en dicho tiempo ha logrado tener un gran impacto en el público en general y en los medios, que la han acogido de buen agrado.

La campaña, que en poco más de dos años ha alcanzado aproximadamente tres millones de visualizaciones entre todas las plataformas, ha tratado de poner el acento en el mal comportamiento de los padres con respecto a sus padres en el deporte base.

En una entrevista con VAVEL hace unos meses, Eduardo Notario, director de comunicación de Brafa, explicaba que la campaña nace de “querer tener un impacto positivo en la sociedad. Vimos que es un problema latente y sería fácil construir una historia que hiciera empatizar a todo el mundo con ella”.

En palabras de Notario, “es una situación que, quien más y quien menos, todo el mundo lo ha sufrido alrededor de este deporte”, a lo que añade que “coincidió que, el primer vídeo, fue especialmente sencillo porque los niños que lo protagonizaban habían sufrido algo parecido unas semanas antes”.

El concepto del primer vídeo era realmente sencillo: unos niños hablando en el vestuario después de un partido sobre cómo se habían sentido con respecto a sus padres. El impacto de frases como “nos dicen cosas que no nos gustan” o “me siento mal, se ríen de nosotros” fue inmediato, y la campaña fue un éxito, saliendo en todo tipo de medios nacionales.

Esto empujó a Brafa a plantearse una campaña más a largo plazo donde desarrollar el concepto y la idea del primer vídeo desde otros puntos de vista y a seguir poniendo en el foco mediático un problema de mucha índole. Según Notario: “no pensábamos llegar tan lejos, pero hemos ido viendo que hemos tenido un éxito y una influencia muy buenas. Por eso hemos continuado, y vamos a continuar”.

A partir de ahí, la campaña ‘No seas hooligan’ tocó palos tan diferentes como los árbitros o los padres demasiado implicados y exigentes con el juego de sus hijos. Todo muy ayudado por una difusión masiva de los medios de comunicación, que vieron en la campaña un buen tema sobre el que poner el altavoz. Para Notario, los medios son parte del problema y de la solución, juegan un papel importante. “Los medios están desarrollando un papel de concienciación muy importante. A nosotros, por ejemplo, nos están sirviendo de altavoz y se nota que están alineados con el fair play, con el respeto a los jugadores, los aficionados…”, explica, aunque también añade que “en algunas ocasiones noto cierto morbo. Noto que se presentan los acontecimientos con cierta morbosidad. Imagino que llamar la atención es complejo y hay que buscar cosas que estimulen al lector u oyente, pero en ocasiones sí se peca de frivolidad”.

Una vez desarrollada la campaña completa, desde Brafa ya plantean el siguiente paso, pero sin perder de vista el camino recorrido. "Noto que ahora nos conoce más gente, y han sido muchas las personas y entidades que se han acercado a nosotros para colaborar, saber más sobre nosotros y para hacer algún tipo de acción conjuntamente", comenta. "También (nos llaman) para servirles de expertos en algunas ocasiones para tratar temas, participar en tertulias, escribir artículos…"

Sin duda, en un mundo en el que la violencia en el deporte se está trasladando de las redes a los campos, son más que necesarias acciones con las que concienciar no solo a los más pequeños para que no repitan los errores de los más mayores, sino a los mismos adultos para que se comporten de una forma cívica. Son más necesarias acciones como ‘No seas hooligan’.