La ilusión sevillista por competir la temporada que viene en su competición por excelencia vuelve a ponerse a prueba. El club hispalense se enfrentará al Zalgiris Vilnius en la tercera ronda de la Europa League. Esta eliminatoria es la penúltima antes de la fase de grupos, la segunda de las tres que los sevillistas deben superar.

Al igual que en la ronda anterior, los de Machín parten como favoritos para superar este segundo escollo. No obstante, deben certificarlo sobre el césped. El objetivo no es otro que evitar que el equipo lituano dé la sorpresa. Para ello, los sevillistas tratarán de amarrar la eliminatoria en el partido de ida, ante su gente, tal y como consiguió en la primera eliminatoria.

Por su parte, el Zalgiris buscará obrar el milagro. Gran parte de las opciones lituanas de clasificarse para la siguiente ronda pasan por el Pizjuán. Los de Valdas Urbonas intentarán salir vivos del partido de ida y jugar el de vuelta con opciones reales de clasificación. No es tarea fácil por el desequilibrio de calidad en las plantillas, pero esto es fútbol y nada está decidido antes de jugarse el partido.

Lanzados a la Europa League

Estar en la próxima edición de la segunda competición europea es más que un objetivo. Es casi una obligación. Y como tal se lo han tomado en el vestuario sevillista. Demostrado quedó en la primera de las eliminatorias. Los hispalenses no tuvieron ningún problema en solventar la ronda ante Újpest FC. El primer partido, en Nervión, se saldó con un contundente 4-0 para los locales. Los de Machín consiguieron sentenciar la eliminatoria y el partido de vuelta se convirtió en un mero trámite. Aún así, más allá de bajar la intensidad, los sevillistas lograron imponerse en Hungría por 1-3.

Es cierto que el rival no era precisamente un hueso, pero no hay mejor manera de empezar esta andadura. El equipo demostró concentración y eficacia en el primer compromiso serio de la pretemporada. En ningún momento peligró la clasificación, y ese era el objetivo principal.

Sufrimiento y clasificación

Por el contrario, el rival sevillista no contó con tantas facilidades para lograr el pase. El Zalgiris consiguió sobreponerse al Vaduz por 1-1, disputada en Liechtenstein. En el de vuelta, el 1-0 que reinó en el marcador sirvió para certificar la clasificación a la siguiente ronda.

Nada de relajación

Pablo Machín habló en la rueda de prensa previa al encuentro sobre numerosos temas. El técnico sevillista desgranó las claves de su rival. Entre ellas, destacó “el poderío físico” de los lituanos, que le hacen ser “peligrosos a balón parado”. Machín también recalcó “el buen trato de balón”.

Uno de los quebraderos de cabeza que se le plantean al entrenador sevillista es la proximidad del encuentro con la Supercopa de España: “no todos pueden jugar jueves y domingo. Tenemos una gran plantilla, varias competiciones y el propósito es que todos los futbolistas sean importantes a lo largo de la temporada”.

El partido ante el Zalgiris puede ser el primero que juegue Aleix Vidal tras su regreso al que fuera su club. Sobre este futbolista, Machín afirma haberlo visto “bien en los entrenamientos”. Además, viene de realizar “la pretemporada con el Barcelona” y de haber disputado allí algunos minutos en los amistosos. Por ello, puede que este jueves Vidal vuelva a vestir la elástica sevillista en partido oficial.

Un partido especial

Para un equipo modesto como el Zalgiris, el de este jueves es un encuentro especial. Así lo expresó su entrenador, Valdas Urbonas, en la rueda de prensa previa al partido: “el Sevilla es un club top”.

Ante la notable diferencia de calidad entre ambas plantillas, Urbonas reconoce que los de Nervión son un club “con más experiencia”. No obstante, el técnico considera que este hecho no es definitivo y que en el fútbol cuentan otros muchos factores “como la entrega, las ganas de ganar y la psicología”. En estos aspectos, el entrenador lituano espera que sus jugadores sean, como mínimo, “tan fuertes” como los de su rival. 

Posibles alineaciones