Sábado de fútbol en El Candín. Tuilla y Lealtad se jugaban buena parte de sus aspiraciones en esta Copa Federación bajo un sol de justicia y una temperatura para todo menos para jugar al fútbol. 

Llegaba el Tuilla como llegaba. A la cortísima plantilla de Julio Llanos se le sumaron las bajas de Borja Noval o Pablo Naredo. Además el lateral izquierdo Borja, pese a estar en el banquillo, no estaba en condiciones de disputar minuto alguno. El que sí debutó fue Pablo, muy lejos de su posición habitual, ya que tuvo que cubrir ese lateral izquierdo sin efectivos. Buen partido del lavianés. También debutó en partido oficial el joven Guille, recién llegado desde la Cultural Leonesa. Por su parte, el Lealtad llegaba con todo y Samuel Baños lo puso en el verde. Jorge Fernández, Robert, Damián y Saha. Asusta. Y, por si fuera poco, más madera en el banquillo con hombres como Zucu o Manu Medori.

Arrancó el partido flojito, quizás acusando el horno que era El Candín a las siete de la tarde. La primera fue para el Tuilla, y fue a balón parado, en un saque de esquina que Prendes cabeceó fuera por poco. Antes del cuarto de hora se adelantó el Tuilla. Balón en velocidad y carrera excelsa de Pinteño, que condujo casi medio campo sin que Carlos pudiera ni siquiera cogerle la matricula. La cruzó abajo y gol. Primer tanto del joven langreano de diecinueve años.  Siguió el Tuilla, espoleado por el gol, y en una clásica de los locales, en un saque de banda, fue Pablo el que peinó para la parada fácil de Javi Porrón. En el veintisiete, el empate. Centro desde la derecha y cabezazo de Robert al que Pablo Herrero no llegó. Era la primera de los leales, que a partir de ahí crecieron y de que manera en el partido. Dio dos pasos hacia adelante el conjunto de Samuel, y a punto estuvo de hacer el segundo antes del descanso, con un disparo seco abajo de Caique, que rozó el palo. Descanso.

La segunda mitad tuvo dos tramos, el primero incontestable para el Lealtad, y el arreón final de un Tuilla que a puntito estuvo de empatarlo. 

Nada más arrancar este segundo periodo, Saha, objeto de deseo arlequinado durante todo el verano, cabeceó para que Pablo Herrero sacase una mano clave. Sólo cinco minutos después fue Jorge el que enganchó de primeras con la zurda un buen centro desde la derecha, pero al que respondió de nuevo Herrero con un paradón. Era cuestión de tiempo, se olía en el ambiente, y en una falta lateral llegó el segundo. La puso Caique donde quiso y Carlos cabeceó a la red. Aprovechó su envergadura el ex defensor del San Martín. Mazazo para un Tuilla que veía como se esfumaban las posibilidades de clasificación en su competición preferida. 

Tras el gol el partido entró en una fase bronca, muy bronca, con numerosas tarjetas y faltas. Choques continuos entre los atacantes locales con un Nahuel que salió al campo un tanto sobreexcitado. El visitante Manu Medori vio la cartulina roja por una protesta al colegiado. El Tuilla avanzó líneas a por el empate y cerca estuvo Cris Alonso tras buen balón de Álvaro Pozo, pero Carlos salvó cuando Javi Porrón no iba a llegar. Pablo, que cuajó un buen partido en su vuelta, cabeceó un córner alto y Fidalgo, de volea, también la envió cerca del palo del meta ovetense. 

A cinco del final se produjo la prueba evidente de los problemas que está teniendo el Tuilla en cuanto a confección de plantilla. José Peláez, guardameta, entró como jugador de campo para estos últimos instantes... y a punto estuvo de hacer un golazo. Con tres sobre el noventa, un balón teledirigido de Guille al área era cabeceado de forma magistral por José al palo. Hubiera sido un chicharro en toda regla. La última, con seis de alargue la tuvo Pablo. Falta con todo en el área y el lavianés que llegó forzado y envió arriba.

Al final, victoria de un Lealtad que tiene en su mano la clasificación si vence al Ceares en Les Caleyes, mientras que para el Tuilla el pase es más que una quimera. Imposible. Deberá cerrar su participación en La Cruz ante el conjunto teyero y quien sabe, echarle una mano de forma indirecta al Lealtad.