Con toda la ilusión del mundo, sin nada que perder y mucho que ganar. Así, valiente, confiado, sin dejar de lado sus inapelables señas de identidad, se presentó el Girona en su primera temporada en la máxima categoría del fútbol español. Empezó siendo un desconocido pero se ganó el respeto de todos, o casi todos, los equipos de Primera División. Únicamente cuatro equipos consiguieron derrotarlo en los dos partidos de liga: FC Barcelona, Eibar, Sevilla y Valencia. Otros equipos como Betis o Real Sociedad consiguieron cuatro puntos de seis posibles ante los de Machín, pero también hubo conjuntos -Atlético de Madrid, Celta, Deportivo de la Coruña, Las Palmas o Leganés- que no consiguieron doblegarlos en ninguno de los dos partidos.

Tras una pretemporada un tanto irregular, el Trofeo Costa Brava, disputado en Montilivi, albergó un duelo entre rojiblancos y el Manchester City de Pep Guardiola, club que justamente es propietario de la entidad catalana. Un Girona muy entonado logró vencer por 1-0 al combinado 'citizen', lo que permitió a los de Machín empezar la liga de forma algo distinta a como lo hubieran hecho de fijarse solo en los resultados anteriores. De hecho, aparte del City, los gerundenses solo habían derrotado al Oldham Athletic inglés. El resto, derrotas ante Nottingham Forest (2-1) y Getafe (1-0) y empates ante Brighton & Hove AlbionReus (ambos por 0-0) y Barcelona B (2-2).

Los fichajes no fueron especialmente sonados y llegaron tarde: Stuani, Muniesa, Bernardo y Carles Planas fueron casi los primeros (¡y llegaron en agosto!), tras la incorporación muy tempranera del experimentado Gorka Iraizoz. Los cedidos por el City -Marlos Moreno, Kayode, Maffeo, Douglas Luiz y Aleix García- se aunaron a Boulaya, Timor, Mojica y Olunga. De todos ellos, por participación destacaron Stuani, Bernardo, Maffeo y Mojica. El resto, con más o menos acierto, estuvieron por debajo de la media. Marlos, Kayode y Boulaya hicieron las maletas en invierno, mientras que Douglas Luiz y Olunga rindieron muy por debajo de sus expectativas.

Inicio ilusionante y septiembre para olvidar

El partido ante el Atlético de Madrid traía ilusión a raudales en Montilivi. Imagínense, un equipo que acaba de ascender a Primera División por primera vez en su historia se enfrenta al subcampeón de la Champions League pocos años antes. De locos para los que hace diez temporadas seguían al Girona en Tercera División. Y ya si visualizan un 2-0 en el descanso, es realmente para frotarse los ojos. Stuani puso un doblete ante la incredulidad de todos, pero el conjunto del Cholo Simeone tiró de casta y consiguió empatar a dos un partido que disputó con diez jugadores por expulsión de Griezmann en el 66'.

Girona y Atlético de Madrid empataron a dos en el partido inaugural en Montilivi. | Foto: LFP
Griezmann y Granell en el empate a dos entre Girona y Atlético en el partido inaugural en Montilivi. | Foto: LFP

Las grandes sensaciones vividas ante el conjunto colchonero se refrendaron una semana más tarde ante el Málaga de Míchel, que acabaría descendiendo a Segunda División. Un solitario tanto de Alcalá en la primera mitad colocó la primera victoria en el casillero gerundense y cuatro puntos en dos jornadas. Para seguir soñando. Pero soñar a veces implica darse de bruces contra un muro llamado realidad. Y eso experimentó el Girona: que la Primera División es durísima y hay que sufrir de lo lindo para sacar los resultados.

Dicha teoría quedó confirmada en un mes de septiembre realmente duro: la derrota ante el Athletic de Bilbao vino seguida de otra derrota ante el Sevilla. Y otra ante el Barcelona. Y otra ante el Villarreal. Solo Leganés y Celta vieron escapar puntos de sus respectivos coliseos ante los de Machín, que sin embargo en ningún momento de la temporada pisaron la lava, la zona roja de la clasificación que siempre asusta a los equipos.

Éxtasis y racha positiva

Sin que fuera únicamente su culpa, ni mucho menos, Machín consideró que Iraizoz merecía ir al banquillo y optó por la entrada de Bounou, a quien ya conocía de la temporada anterior en Segunda División. Con el marroquí bajo palos, el Girona ganó en la Coruña (1-2) ante el Deportivo y, sobre todo, logró derrotar al gigante llamado Real Madrid en Montilivi (2-1). El 29 de octubre, día de Sant Narcís, quedará grabado en la memoria de los aficionados rojiblancos. Sin duda. También vencerían los catalanes en el Ciutat de València ante el Levante (1-2), equipo que precisamente los aupó de la Copa del Rey unas semanas más tarde.

Stuani y Pere Pons, a punto de celebrar el tanto del uruguayo ante el Real Madrid en Montilivi. | Foto: LFP
Stuani y Pere Pons, a punto de celebrar el tanto del uruguayo ante el Real Madrid en Montilivi. | Foto: LFP

Los empates consecutivos ante Real Sociedad (1-1) y Betis (2-2) dieron lugar a una derrota muy dolorosa en Montilivi ante el colista Alavés. Los vascos, que estrenaban técnico -el Pitu Abelardo- perdían por dos a cero y acabaron ganando el partido por 2-3 gracias a un 'hat-trick' de Ibai Gómez. Los triunfos ante Espanyol (0-1) y Getafe (1-0) y la contundente goleada recibida en Eibar (4-1) pusieron punto y final a un año histórico.

Inmaculada racha en casa

El referido triunfo ante el Getafe supuso el inicio de una dinámica magnífica en Montilivi. Un total de seis encuentros que se tradujeron en seis victorias, con 15 goles anotados y ¡ninguno! encajado. El feudo gerundense se convirtió en un fortín durante casi tres meses, lo que permitió a los de Machín no solo certificar la permanencia virtual mucho antes de lo previsto sino además llegar a pensar en entrar en Europa. Palabras mayores, señoras y señores. Inimaginable unos meses antes, por descontado.

Al triunfo por la mínima ante los de Bordalás se le sumó una de las mayores goleadas de la competición, el 6-0 ante Las Palmas. Salió todo redondo y el keniata Michael Olunga pudo anotar un 'hat-trick', el primero en toda la historia del Girona en Primera División. Ver para creer. Una semana antes, el conjunto catalán mostró una gran versión en Mestalla que no sirvió para derrotar a un correoso Valencia (2-1), uno de los cuatro equipos que consiguió los seis puntos ante los gerundenses.

Mojica y Olunga, que anotó un 'hat-trick' ante Las Palmas, celebran uno de los tantos. | Foto: LFP
Mojica y Olunga, que anotó un 'hat-trick' ante Las Palmas, celebran uno de los tantos. | Foto: LFP.

El Girona siguió a lo suyo en casa: ganando y no encajando. Así, fueron pasando los rivales semana tras semana: Athletic de Bilbao (2-0); Leganés (3-0), partido que será especialmente recordado por significar el debut del capitán Eloi Amagat, hoy a las órdenes de Domènec Torrent en el New York City; Celta de Vigo (1-0) y Deportivo de la Coruña (2-0) fueron sucumbiendo a los cantos de sirena que implicó jugar en Montilivi durante esta impecable dinámica.

Lejos de casa, los resultados eran otros. El Girona moría de pie, pero arañaba puntos con muchas dificultades. Sí es cierto que consiguió un meritorio empate en el Wanda Metropolitano ante el Atlético de Madrid (1-1), pero no pasaría del empate la semana siguiente ante el colista, el Málaga (0-0). A pesar de hacer grandes esfuerzos en Sevilla, los de Machín (ahora entrenando a los hispalenses) vieron cómo los andaluces se llevaban un partido disputadísimo (1-0). Dos semanas más tarde, poco o nada que hacer en el Camp Nou (6-1), ante un Messi y un Suárez en modo estelar... por variar. La primera alegría de 2018 fuera de casa llegaría ante el Villarreal en el Estadio de la Cerámica (0-2), en uno de los partidos más prácticos del equipo que se recuerdan.

A todo esto, Boulaya y Marlos, que no llegaron a debutar en la competición doméstica, se fueron rumbo a Metz francés y Flamengo brasileño, respectivamente. El culebrón del invierno llegó con el nigeriano Kayode, que se ausentó un mes más de lo previsto para reincorporarse al equipo. Pidió irse del equipo para poder tener minutos para el Mundial, lo tenía todo hecho con el Amiens francés, y al final un problema burocrático frenó su salida. El jugador estuvo entrenando bajo la supervisión del Girona, sin formar parte de la plantilla, y no fue hasta el mes de marzo que se hizo oficial su salida al Shaktar Donetsk ucraniano. Asimismo, el club gerundense se hizo con los servicios del delantero hondureño Anthony 'Choco' Lozano.

De ganarlo todo... a perderlo todo

Claro está que las rachas, sean buenas o malas, un día tienen que acabarse. Y la buenísima dinámica que llevaba el cuadro gerundense ante su afición se diluyó como un terrón de azúcar en el café. Al empate ante el Levante (1-1) en casa le siguieron cuatro derrotas consecutivas en Montilivi que dilapidaron opción alguna de disputar cualquier competición europea. La mala tendencia empezó ya en el Bernabéu, donde a pesar de la buena imagen ofrecida y los tres goles anotados ante todo un Real Madrid, el equipo se llevó seis (6-3). Un Cristiano Ronaldo imperial anotó un 'póker' para 'vengarse' de lo que había pasado en la primera vuelta.

Gareth Bale, a punto de marcar un gol en el Real Madrid-Girona del mes de marzo. | Foto: Dani Nieto (VAVEL).
Gareth Bale, a punto de marcar un gol en el Real Madrid-Girona del mes de marzo. | Foto: Dani Nieto (VAVEL).

Más dolorosa fue, seguramente, la derrota encajada en Anoeta ante la Real Sociedad (5-0), especialmente por la imagen de un equipo sin fuerzas ni gasolina. Lo confirmaron los referidos resultados en casa: donde no llegaron Getafe, Las Palmas, Athletic de Bilbao, Leganés, Celta de Vigo y Deportivo de la Coruña sí lo hicieron, espoleados por el empate levantinista que sirvió como 'transición', Betis (0-1), Espanyol (0-2), Eibar (1-4) y, ya de forma intrascendente, Valencia (0-1). Ni la victoria en Mendizorroza ante el Alavés (1-2) ni el empate en Getafe (1-1), ni aun menos el postrero triunfo en Las Palmas (1-2) sirvieron al equipo para acercarse a la séptima plaza, inalcanzable para un Girona que acabó décimo clasificado, con 51 puntos.

Cambio de entrenador

Fue maravillosa la forma con la que aterrizó el cuadro gerundense a la Primera División, donde se ganó, como dijimos, el respeto de todos o casi todos los equipos. Donde demostró que no se amedrenta ante ningún equipo, sea cual sea el resultado final. Que compite, que lucha, que se entrega hasta el último minuto. Estas fueron las señas de identidad de un Pablo Machín que anunció que ponía fin a su ciclo como entrenador del Girona, al que salvó de la quema de bajar a Segunda B en la temporada 2013/14, para ir a entrenar a todo un Sevilla. Eternamente agradecido debe estar el club al técnico soriano por todo lo logrado. Y al revés también.

La última rueda de prensa de Machín como técnico del Girona en una sala de prensa llena. | Foto: Girona FC
La última rueda de prensa de Machín como técnico del Girona en una sala de prensa llena. | Foto: Girona FC

Ya con Eusebio Sacristán al frente del primer equipo, con todo el cuerpo técnico renovado -salvo el entrenador de porteros, Omar Harrak-, el Girona afronta el reto de seguir compitiendo al máximo nivel para volver a disfrutar del premio que supone jugar en la Primera División española. Para empezar, y a falta de fichajes, lo que sí ha cambiado es el esquema usado por el técnico vallisoletano: del 3-5-2 que popularizó Machín a un 4-3-3 que favorece la presión arriba. ¿Será positivo para el equipo dicho cambio? El tiempo dictará.