El Granada CF volvió a competir de manera oficial en el día de ayer en un campo que trae fantásticos recuerdos a la afición rojiblanca, el Martínez Valero. Allí los nazaríes lograron un ascenso, pero ayer las cosas fueron diferentes. Elche y Granada se repartieron los puntos tras un choque en el que las defensas pudieron con los hombres de ataque. Una película que, probablemente, veremos bastante esta temporada en los choques de los de Diego Martínez.

Todo empieza desde atrás

El nuevo Granada de Martínez no va a proponer un juego alegre y vistoso para el espectador, pero sí práctico. El técnico quiere construir un equipo sólido atrás y que pueda hacer daño al contragolpe. Lo que tiene bien claro en su cabeza Diego Martínez es que va a ser más importante no encajar goles que hacerlos. Las ocasiones arriba en algún momento llegarán, por eso lo vital es dejar la puerta a cero para, como mínimo, sumar un punto. Empates como los de ayer lejos de casa son muy válidos en la Segunda más dura que se recuerda en los últimos años.

En eso se basan las ideas del conjunto andaluz. El entrenador busca encontrar una solidez defensiva necesaria en una categoría tan dura como es la Liga 123. En Elche pudimos observar como la totalidad de la línea defensiva usada por el Granada eran futbolistas de la plantilla el curso pasado. Germán se postula como el auténtico líder de la zaga tras una temporada irregular la pasada. En los laterales parece que tampoco hay dudas. Víctor Díaz y Álex Martínez serán los dueños de las alas, pese a que ayer Quini actuó en la derecha y Víctor lo hizo de central. La duda está en el compañero de Germán. Saunier ha dejado un vacío ahí y a día de hoy Martínez y Vázquez son las alternativas.