Gareth Bale volvió a enfundarse la capa de superhéroe para ratificar la victoria de su país ante Irlanda por cuatro goles a uno. El jugador del Real Madrid, que marcó un auténtico golazo desde fuera del área, realizó un gran partido que no hace más que reivindicar su gran estado de forma. Ya acabó el curso pasado dando la Champions al conjunto blanco, y ahora ha comenzado como un tiro. Este es el Bale que, cuando está bien, es sin lugar a dudas uno de los mejores jugadores del planeta. Se beneficia el Real Madrid, se beneficia su país, y sobre todo se beneficia el fútbol.
Es el segundo máximo goleador del Madrid en la Liga
Gales e Irlanda debutaban en la Liga de Naciones, la nueva competición de la UEFA que incluye a 55 equipos y sustituye los partidos amistosos. A su vez, Ryan Giggs también se estrenaba en el banquillo como nuevo seleccionador nacional. Ya lo dejó claro en la rueda de prensa previa al partido: "Queremos ser un equipo difícil de ganar y atractivo de ver". Y así fue, victoria cómoda y haciendo un juego vistoso que atrae al espectador. Pronto se adelantaría el combinado del ex-jugador del Manchester United, por mediación de Tom Lawrence, con un disparo colocado al primer palo. Diez minutos más tarde, ya en el dieciséis, llegó el golazo de Bale. Recibió un pase largo de Davies, la bajó con el pecho y se marcó una jugada típica de un ex-madridista como Arjen Robben. Conducción en diagonal y golpeo potente a la escuadra que dejaba sin palabras al estadio.
Con este tanto, Bale acumula nueve goles en sus últimos diez partidos. Unas estadísticas que le dejan en muy buen lugar y que le permiten llenarse de confianza para afrontar la que previsiblemente será una larga temporada. Además, con este gol a Irlanda, no hace más que seguir aumentado su distancia -dos goles- con respecto al segundo máximo goleador de la historia de Gales, Ian Rush (28). El próximo partido, dónde podrá seguir aumentando su cuenta goleadora, será este sábado a las 18:00 horas ante Dinamarca. Este Bale sí que vale.