El Atlético de Madrid tropieza de nuevo en Liga. El equipo rojiblanco volvió a dejar dudas y acabó perdiendo pese a contar con numerosas ocasiones que no consiguieron aprovechar. Ante ellos se presentaba una SD Eibar que venía con mucha moral tras lograr la primera victoria de la temporada y que se mostró sin miedo en el césped del Estadio Metropolitano. 

Con la primera jornada de Champions en el horizonte Diego Pablo Simeone apenas reservó futbolistas. Salió con todo lo que tenía y sorprendiendo con un 4-5-1 con Antoine Griezmann partiendo desde la banda y un mediocampo muy poblado y españolizado con la presencia de Rodri, Koke y Saúl. La acumulación de jugadores en el medio dio la pelota al Atlético pero aisló a un Diego Costa que lo intentó todo pero no consiguió imponerse a la férrea defensa eibarresa.

Por su parte los vascos salieron con la intención de dar guerra y desde el principio del encuentro demostraron sus intenciones. En el minuto 9 Cote enganchó un rechace en la frontal que se estrelló en el larguero. En pleno dominio rojiblanco el Eibar anunciaba que no necesitaba mucho para generar peligro.

El Atlético siguió presionando y con Lemar y Griezmann apareciendo por bandas los locales fueron apareciendo en área rival. Pero se encontraron con un villano inesperado, Marko Dmitrovic. El guardameta serbio del Eibar detuvo ocasiones de Griezmann, Saúl y Godín en la primera parte y permitió que su equipo llegara al descanso con empate.

En la segunda mitad el guión cambió y el Eibar empezó a sentirse cada vez más cómodo en el Metropolitano. Mendilíbar retiró a Charles y dio entrada a un delantero más móvil como Sergi Enrich. Con el balear el conjunto armero empezó a generar más ocasiones y Jan Oblak tuvo que sacar sus reflejos a relucir.

Los minutos pasaban y el Atlético cada vez se diluía más ante un rival que se iba creciendo. Simeone decidió cambiar el dibujo retirando a Rodri y dando entrada al canterano Borja Garcés.  El cambio fue muy discutido por la afición y a decir verdad el Atlético no mejoró con el cambio táctico al 4-4-2. Aún así Dmitrovic volvió a salvar a su equipo y, finalmente, un tanto de Sergi Enrich daba la puntilla al conjunto rojiblanco. Tras revisarse la jugada en el VAR el gol subió al marcador y en el minuto 87 el Eibar hacía saltar la banca en el Metropolitano.

Por coraje o por vergüenza torera el Atlético mejoró tras el gol. Aunque ya casi no quedaba tiempo Diego Godín cabeceó un saque de esquina al palo y ya en la última jugada del encuentro el joven Borja Garcés remachó una jugada de Griezmann para hacer el 1-1 y salvar al menos un punto.

El Atlético amplía su crisis liguera. Suma 5 puntos de 12 posibles y tendrá que ver cómo se resuelven los partidos de Barça y Madrid para ver a qué distancia se queda de sus grandes rivales por el título. Las alarmas han empezado a saltar en el Metropolitano pero por suerte el martes aparece el comodín de la Liga de Campeones, la medicina Champions que todo lo puede curar.

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