Lunes. Seis y media de la tarde. El metro de Madrid comenzaba a teñirse de rojiblanco. "¿Juega hoy el Atleti?", preguntaba un despistado. "¡No, hoy juega el Sporting!", contestaban desde la otra punta del vagón. A continuación todos ríen. Las miradas cómplices se sucedían estación a estación y es que, a medida que el Estadio Metropolitano se acercaba, eran más y más los fieles aficionados asturianos que copaban el metro. En frente el Rayo Majadahonda, un club humilde y con ganas de competir en el fútbol profesional. ¡Partidazo en el horno!

El conjunto local arrancaba con Basilio en portería, Iza, Edu Galán, Luso, Morillas y el ex-oviedista Varela poniendo el candado, Óscar, Enzo Zidane y Verza en sala de máquinas y Nico Schiappacasse y Aitor García en punta. Por su parte los visitantes saltaban al césped del Wanda con Diego Mariño bajo palos, Molinero, Peybernes, Babin y Canella en defensa, Isaac Cofie y Andre Sousa en la media, Álvaro Jiménez y Carmona abiertos a los costados y Robin Lod junto a Uros Djurdjevic para el gol.

Imagen: LaLiga
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¿Dominio astur o espejismo?

Entre gritos de "¡Sporting, Sporting!", arrancaba el duelo. Como era de esperar, el cuadro visitante saltó al terreno de juego con la firme intención de marcar el tempo, pisar campo rival y, en definitiva, mandar en el partido. El Rayo, por su parte, resguardadito atrás y esperando su oportunidad a la contra. Oportunidad que pudo llegar pasado el minuto diez, cuando una pérdida de Peybernes en la salida de balón dio lugar a la primera intervención de Mariño.

Replicaría el Sporting por partida doble. Robin Lod primero y Álvaro Jiménez después probaron fortuna, pero ambos disparos fueron repelidos por la zaga local. También Molinero, aprovechando un rechace, buscó el arco de Basilio. El disparo desde la frontal del área del lateral diestro se iría, no obstante, muy por encima del travesaño.

En caída libre

Poquito a poco fue recuperando la posesión el equipo majariego, aunque, todo sea dicho, sin que esto se tradujese en peligro sobre la meta de Mariño. Juego trabado y muchas faltas en el centro de la cancha. Se podría decir que el encuentro no estaba resultando demasiado atractivo para el aficionado neutral. Los más acérrimos seguidores de Rayo Majadahonda y Sporting no estarían en absoluto de acuerdo con esta afirmación. Cuestión de percepciones.

A los 40 minutos la tuvo el cuadro local  por mediación de Verza. El alicantino, ex de equipos como UD Almería y Levante, disparó cruzado de primeras. El cuero se paseó por el área pequeña pero, para alivio de la parroquia asturiana, no encontraría rematador. Se salvaba el Sporting por los pelos. No correría la misma suerte en la siguiente jugada. La pérdida de Lod propició una nueva contra y, con maestría, Aitor García fusilaría a Mariño desde el balcón del área. Una auténtica calamidad defensiva. De principio a fin.

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Reacción inexistente

La segunda parte comenzó con movimiento en el banquillo sportinguista, y es que Rubén Baraja, consciente de la necesidad de dar la vuelta al marcador, mandaba a calentar a Nacho Méndez, Nick Blackman y Álvaro Traver. A posteriori protagonizarían las tres sustituciones de la noche. En el interior del terreno de juego Sousa lo intentaba tímidamente, pero el remate forzado del luso se marchaba muy desviado.

La crispación y el nerviosismo de la afición rojiblanca, desplazada en masa al Wanda Metropolitano, se hacían cada vez más evidentes. Incluso regresaron a la grada los ya famosos cánticos contra la directiva y aparecieron otros nuevos, en los que se solicitaba la dimisión del 'Pipo' Baraja. No hay temporada tranquila a orillas del Piles…

Mediado el segundo tiempo se produjo un doble cambio en el Sporting. Blackman y Nacho Méndez saltaban al campo para dar algo de luz al juego asturiano, ¿Los sacrificados? Un Uros Djurdjevic completamente desaparecido en combate y un André Sousa mucho más gris de lo habitual.

Jarro de agua fría 

Con el paso de los minutos el Sporting hizo recular a su rival a base de empuje. A falta de fútbol… A pesar de todo, sin ocasiones demasiado claras. El Rayo no sufría en exceso y aguardaba su oportunidad de matar definitivamente el partido. El segundo tanto majariego, de hecho, no se hizo esperar demasiado. En el minuto 77 Iza acababa con las esperanzas de 'La Mareona' rematando a placer desde el punto de penalti.

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¡Balones a Nacho Méndez!

Con dos goles de desventaja, valiéndose de la relajación local y del desparpajo de Nacho Méndez, el Sporting generó fútbol por primera vez en todo el duelo. De esta forma llegaría el tanto de Carmona que, esta vez sí, podía dedicárselo a su padre recientemente fallecido. 2-1 y últimos compases por disputar. Había partido.

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Los balones colgados al área no resultaron y, cumpliéndose la lógica, el Sporting acabaría por regresar a Gijón de vacío. Merecida victoria, por tanto, del cuadro madrileño que, además, abandona los puestos de descenso.