Una derrota nunca resulta fácil de digerir. Más aún cuando se trata del enésimo tropiezo lejos de casa. Y es que este Sporting comienza peligrosamente a parecerse al Dr. Jekyll and Mr. Hyde. La cara amable aparece en en El Molinón – Enrique Castro 'Quini', donde los asturianos muestran su mejor versión. Sin embargo, lejos de 'El Templo' las sensaciones no podrían ser peores. Derrota por la mínima en Riazor, derrota por la mínima en El Sadar y, este lunes, derrota por la mínima en el Wanda Metropolitano. Los futbolistas, tal y como afirmaron en zona mixta, no encuentran explicación a este extraño fenómeno. Y lo que resulta aún más preocupante, tampoco Rubén Baraja parece dar con la tecla…

"No considero que sea posible tocar fondo en la jornada ocho. No creo que haya que ser tan tremendista", argumentó el técnico vallisoletano al ser cuestionado por la imagen ofrecida ante el Rayo Majadahonda. "No estoy satisfecho con nada. Nos ha faltado contundencia en el área rival y tampoco ha sido nuestro mejor partido atrás. No estamos teniendo regularidad fuera de casa y hay que asumirlo", añadió. Con respecto a las versiones dispares que ofrece el equipo, el 'Pipo' reconoció que él es "el máximo responsable". "Es lógico que la gente esté cabreada y asumo la exigencia que supone entrenar al Sporting. Debemos mejorar en eso, sin duda", sentenció.

Amargura en zona mixta

Tras la debacle ante el Rayo Majadahonda solo dos futbolistas del Sporting atendieron a los medios que se dieron cita en zona mixta: Babin y Diego Mariño, dos pesos pesados del vestuario y puntales en la retaguardia rojiblanca. Ambos lamentaron, una vez más, la imagen ofrecida por el equipo y coincidieron en la importancia de "seguir trabajando, seguir entrenando y seguir mejorando". El de Martinica, además, quiso destacar la unión existente entre cuerpo técnico y jugadores, mientras que Mariño achacó los malos resultados lejos de Gijón a las "imprecisiones y la falta de soltura".