Corría el 31 mayo del 2015, en juego estaba una de las finales más históricas por el ascenso a Segunda División entre el Cádiz CF y el Real Oviedo. Tras el empate a uno en el Carlos Tartiere, todo quedaba por decirse y la vuelta de dicha eliminatoria se jugaba en el Ramón de Carranza. El Real Oviedo sería el que se llevara el gato al agua finalmente, pero fuera de un campo lleno a rebosar, había un grupo de 155 aficionados asturianos que se veían obligados a perderse el encuentro retenidos por la policía.​ Tras muchos años hundidos en el pozo esperando ese momento, se quedaban con tres palmos de narices y denunciarían al club gaditano por daños y perjuicios al creer que eran los máximos responsables de lo sucedido.

Tras un proceso que ha durado más de tres años, y en el que inicialmente los aficionados oviedistas exigían 150.000 euros como indemnización, el club de la Tacita de Plata y dichos aficionados han llegado finalmente a un acuerdo para todas las partes en el que el Cádiz abonará un total de 25.000 euros en total, sin valorar los factores que influyeron en los hechos y en los que la parte actuante renuncia a cuantas acciones pudieran corresponder. Con dicha suma de dinero, los aficionados asturianos aceptan que el club amarillo reconozca los fallos de la organización, pero no podrán devolverles que se perdieran en vivo el ascenso de su equipo, más si cabe cuando el montante del que se habla sobrepasa por muy poco los 155 euros por persona.

El Cádiz CF admite entregando los 25.000 euros parte de su culpabilidad en la organización del evento y como explicaba el abogado de la entidad, Martín José García: "Se le ha puesto un precio a esa responsabilidad y es lo que hemos considerado".