Cinco puntos de los últimos quince en juego. O lo que es lo mismo, tan solo una victoria en las últimas cinco jornadas. Este es el balance cosechado por el Sporting durante las últimas semanas, unos números que, lejos de contentar a la afición rojiblanca, hacen saltar todas las alarmas en el sportinguismo.

Los malos resultados logrados a domicilio han encendido la mecha y la derrota sufrida el pasado lunes en el Wanda Metropolitano ante el Rayo Majadahonda, ha provocado que irrumpiera la primera chispa. Con este panorama y sin apenas margen de error, el conjunto de Baraja volvía a su casa, a El Molinón, ese estadio convertido en fortín donde había sumado diez de los últimos doce puntos posibles. El rival era el Reus, un equipo con un presupuesto tres veces menor que el Sporting y que llegaba a tierras asturianas tras sufrir dos derrotas consecutivas.

La plantilla rojiblanca logró tener el control del balón, aunque apenas protagonizó ocasiones claras de gol. Los más de diecinueve mil aficionados que acudieron al estadio, se comprometieron a animar a los suyos, pero cuando ver cómo su equipo fallaba su segundo penalti en tres jornadas, era la chispa que se prendía en el Wanda Metropolitano y se convertía en llama en El Molinón.

Una de las claves del encuentro, ha sido la solidez defensiva mostrada por el equipo catalán que, a pesar de mostrar un escaso poderío ofensivo, aprovechó un contraataque finalizado por Linares para adelantarse en el marcador. La ansiedad de cara a portería ha sido uno de los mayores lastres de un Sporting que se mostraba falto de ideas y que solo ha podido batir la portería del Reus desde los once metros. El gol de Carmona en el descuento no ha servido para apaciguar un incendio que se iba extendiendo por las gradas del Municipal gijonés, hasta tal punto que llegó a los aledaños del estadio en forma de pancartas contra la directiva y el entrenador.

Poco fútbol, pocas ideas, poco gol y poca paciencia la que le queda a una afición que continúa esperando una reacción de su equipo. "El vestuario hace autocrítica y está muy unido", explica Nacho Méndez, al mismo tiempo que revela el mensaje de la plantilla: "Estamos a muerte con el entrenador".

La próxima piedra en el camino será el jueves a las 20:00 horas, de nuevo contra el Rayo Majadahonda en el Wanda Metropolitano, aunque esta vez en Copa del Rey. Allí los de Baraja intentarán apagar las llamas y apaciguar el extendido incendio rojiblanco.