La racha buena de Luis Enrique pronto llegó a su fin. Una Inglaterra matadora castigó al contraataque a la Selección Española con tres goles en la primera parte. La salida de Alcácer en la segunda mitad revolucionó el partido, pero no hubo tiempo para revertir una situación que deberá cambiar el combinado rojo para el próximo encuentro.

Sevilla siempre tiene un color especial. Y más aún cuando aguarda un partido tan importante como un España-Inglaterra. La previa favorecía al combinado de Luis Enrique: con una victoria, La Roja certificaba un hueco en la Final Four tan esperada de este nuevo torneo. Inglaterra, por su parte, no dependía de sí misma. En su tierra y con su gente, la Selección Española lo tenía todo a favor.

Dominar no lo es todo

El Villamarín no pudo ofrecer una mejor acogida a su selección. Luis Enrique sacó un 4-3-3 que empezó bien el encuentro: la lluvia dejó un césped que hacía correr el balón de una manera que era difícil de controlar, pero la ofensividad que caracteriza al combinado español se hizo notar desde el principio.

Pickford se vestía de héroe salvando a Inglaterra a tres minutos de empezar. La embestida local hacía temblar el rostro de un Southgate preocupado por la falta de precisión de sus hombres. Mientras tanto, España campeaba por territorio rival en busca de huecos que Aspas y Asensio estaban aprovechando con certeza.

No obstante, el primer golpe lo iba a recibir España. Sterling batía a De Gea tras un gran pase de Kane en el minuto 16 de encuentro. Un jarro de agua fría que no debió sentar nada bien a Luis Enrique y los suyos. La Roja intentó reaccionar al instante, pero las prisas llevaban a unas imprecisiones con las que Inglaterra se mostraba sólida.

Contraataques que matan

La baza fuerte de la Selección Española pasaba por las bandas: combinaciones rápidas en el centro del campo y diagonales hacia los extremos. Los ingleses preferían esperar las impaciencias de La Roja para atacar en contragolpes y les estaba saliendo mejor que nunca. De nuevo, Kane se trabajó una asistencia de oro para que Rashford marcara el segundo. Las caras de los españoles eran poemas.

España estaba jugando bien, pero la esencia del fútbol son los goles y ahí fallaba. Para más inri, Sterling hizo el tercero y casi sentenciaba el partido en la primera mitad. El fútbol de Luis Enrique, que venía siendo un éxito, hacía aguas ante la rapidez ofensiva de los leones. Inglaterra tenía incluso más oportunidades de gol que una España que acabó pidiendo la hora al descanso

Alcácer daba esperanzas

El encuentro se reanudó con el mismo estilo de juego por parte de ambos equipos. Lo único que cambió fue el protagonismo inglés: para estabilizar el ritmo y no tener sustos, buscaban la posesión del balón más que el simple contragolpe. Sus toques pausados hacían desesperar, aún más si cabe, a los pupilos de Luis Enrique. Además, los visitantes comenzaban a perder tiempo en los parones.

El gol de Alcácer dio esperanzas. Foto: UEFA
El gol de Alcácer dio esperanzas. Foto: UEFA

Alcácer y Ceballos en lugar de Saúl y Aspas fueron las fichas que el técnico español movió en pos de una remontada milagrosa. La salida de Alcácer dió sus frutos instantáneamente: el primer balón que tocaba, con la cabeza tras un córner, lo transformó en gol. Por su lado, Ceballos revolucionaba el ritmo con un gran despliegue de técnica. España era otra.

Nada se podía hacer ya

La Selección Española insistía, pero no había manera de marcar. Luis Enrique sacó a Morata para volcar todo al ataque. Pero Southgate se encargó de calmar la 'revolución Alcácer' con sólidas líneas defensivas. Era muy difícil que se le escapara el partido al combinado inglés, que veía cada vez más cerca los tres puntos.

Con el paso de los minutos, la caída de la racha de Luis Enrique se hacía realidad. Los jugadores parecían asumir la derrota y el cansancio no permitía a la Roja dar más. Un tardío gol de Sergio Ramos fue el preludio para que, con el descuento de siete minutos finalizado, Marciniak pitara el final del partido. Aún con la derrota, la Selección Española depende de sí misma para estar en la Final Four del torneo, pero debe cambiar la facilidad con la que Inglaterra penetró en la defensa y se llevó la victoria de Sevilla.