La lluvia que azotó a Sevilla en las horas previas al partido no fue casi nada comparado con el verdadero huracán que arrasó después el Benito Villamarín. La selección inglesa liderada por un imperial Kane despachó a España en una primera mitad brillante por parte de los ingleses y horrible de los españoles. 

Una debacle defensiva

Todas las buenas sensaciones que se habían ido acumulando en la selección española desde la llegada de Luis Enrique y que habían sido acompañadas de victorias se vino al traste en cuarenta y cinco minutos. El tiempo que tardó Inglaterra en destrozar a la defensa española.

Jonny, Ramos, Nacho y Marcos Alonso se vieron desbordados ante los rápidos ataques ingleses. La presión arriba no surtió el efecto que en los partidos anteriores y cada vez que Inglaterra superaba la primera línea de presión se mascaba la tragedia.

Ramos falló en la salida de balón y no pudo con Kane en ningún momento. El delantero del Tottenham superó él solo a los dos centrales  madridistas con un juego de espaldas de manual. A Jonny se le vio impotente ante las arrancadas de Rashford y Alonso tuvo el mismo problema con Sterling. Un desastre defensivo aprovechado por una delantera inglesa que hizo una oda al fútbol vertical y que culminó con tres goles en contra en 45 minutos.

Jugadores desaparecidos

El desastre colectivo se puede individualizar en algunos jugadores en concreto, no solo por sus fallos, sino porque no se les vio aparecer en el césped.

Busquets fue el más claro ejemplo de ello. No tuvo la salida limpia de balón que siempre ofrece y, para colmo, no hizo lo que se le pide: parar las contras rivales estando situado perfectamente. Si se suman las dos cosas el resultado es un partido horrible del mediocentro culé.

Otro de los que no apareció es uno que había sido el gran revulsivo de esta España de Luis Enrique. Saúl no tuvo el peso que tenía en los últimos partidos de la selección. Su físico portentoso quedó en menos ante un medio campo inglés muy potente y tampoco sacó a relucir su gran disparo lejano.

Por último, un jugador que, viendo su estado de forma con su club no sorprendió demasiado su poca presencia es Marco Asensio. El balear pasa por un momento muy bajo con el Real Madrid y eso se traspasó a la selección. En la primera mitad todos sus centros se estrellaban en el rival, sus disparos iban fuera y sus regates no fructificaban. Mejoró algo en el segundo tiempo.

El coraje maquilló el resultado

Alcacer celebra el primer gol de España/ Foto: UEFA
Alcacer celebra el primer gol de España/ Foto: UEFA

A pesar de la derrota y del mal juego, el equipo español puede sacar algo positivo. Nunca se rindió. Aún con 0-3 y con Inglaterra jugando a las mil maravillas, la selección se quedó a un solo gol del empate. Un gol que pudo haber llegado tras un posible penalti sobre Rodrigo del guardameta inglés Pickford.

Tras el descanso, España salió mordiendo arriba y con una actitud encomiable. Todos creían en la remontada y estuvo cerca de llegar. Ocasiones, un larguero, un posible penalti, dos goles y sobre todo, mucha actitud. Todo ello, liderado por un Paco Alcacer que en el primer balón que tocó, la enchufó con un cabezazo soberbio. Un gol que debe servirle a Luis Enrique para aprender que las rachas de los delanteros hay que aprovecharlas y ponerle el máximo de minutos sobre el terreno de juego. Esas son las notas positivas de la derrota española.