Viejos conocidos, tanto en la máxima categoría como en esta Segunda División donde ambos llevan demasiados años, derroteros diferentes ya que el Osasuna no ha pasado las penurias de 3ª División, 2ªB, quizás por ello el carbayón tiene un corazón demasiado duro y castigado que los navarros, pese a esto los partidos contra el equipo pamplonica no son precisamente placenteros, ni en el verde, ni en la grada.

En las dos últimas fechas, el equipo de Anquela se llevó el último triunfo del Carlos Tartiere. En 2017 la escuadra azul ganaba por un escueto 1-0. Las condiciones meteorológicas hicieron peligrar el encuentro hasta instantes antes, todos recuerdan la piscina en la que se convirtió el césped y el gran trabajo realizado por todos los operarios para que el balón "rodase", cosa que en ocasiones era imposible por el mal drenaje del estadio, sin olvidar que después de la primera media hora, el barrizal era importante ya. Al final, victoria del equipo azul que disfruto de pocas ocasiones y que un testarazo de Diegui le metería de nuevo en la lucha por los puestos de Playoff y relegaría al Osasuna a mirar la matricula una jornada más del equipo asturiano.

La última cita en tierras navarras

12 de mayo de 2018, última fecha en la que los dos equipos se midieron en la segunda división, partido importante para ambos ya que una victoria les dejaría a tiro de playoff, dos puntos les separaban en la tabla y con las armas en todo lo alto. El Sadar se vistió de gala con más de 14.000 almas empujando los 90 minutos. Todo presagiaba una victoria rojilla, como así fue, pero el primer golpe lo dio el Real Oviedo adelantándose en el marcador con un gol de pillo de Miguel Linares. El campo empezó a ponerse nervioso viendo que corrían los minutos y el Osasuna golpeaba pero sin acierto ante un imperial Alfonso Herero. La segunda mitad tendría los mismos derroteros hasta que el arquero azul derribo a Ibáñez y Fran Mérida transformo la pena máxima. Esto espoleo al público navarro que volvió a creer, hasta que en el minuto 79 Lillo de cabeza certificaría la victoria osasunista, 2 meses después.

La historia

Allá por el 2001, más concretamente la noche del 25 de febrero, el Real Oviedo de los Antic, Onopko, Esteban y compañía, recibía la visita de un equipo navarro con urgencias y necesidades, las mismas o más que las del equipo carbayón, pero estos jugaban en el Nuevo Carlos Tartiere. El resultado, 2-3 para el equipo rojillo que se marchó del templo azul con los 3 puntos más que merecidos ante la inoperancia del plantel de Radomir Antic que veía como le remontaban un 2-0 en su estadio. A partir de esta fecha, todo fue en picado hasta firmar el descenso en la última jornada en Son Moix. La parroquia no olvida después de 17 años.

Esta sería la última vez que se encontrarían navarros y asturianos en Primera división, después serian todo encuentros contra el filial y en Segunda División.

Viejas voces, autorizadas, tanto dentro como fuera del seno del Real Oviedo, asiduas a la tribuna del viejo Tartiere como del nuevo, tildan la enemistad del club de la capital del Principado con el pamplonica de una concatenación de situaciones, fechas y situaciones que nunca salieron bien; "así es el futbol" dicen, "siempre hubo oscurantismo en dichos encuentros", "da la sensación que son derbis", "los encuentros en el Sadar son a cara de perro, y su visita a Oviedo no es bien recibida". ¿Tendrá que ver el famoso pacto que en su día salió a la palestra de que los equipos vascos no les interesaban que el Osasuna descendiese?

Rumorología o no, al final son 90 minutos, 180 entre el partido del Tartiere y de El Sadar, 11 hombres contra 11 que si la pelota entra en la portería te dan los mismos 3 puntos que contra otro rival, por lo tanto, el equipo de Anquela se tiene que centrar en ganar y volver a la senda de la victoria, de todo lo demás se ocupara la afición carbayona.