Ibrahima Baldé fue uno de los protagonistas del partido que acabó con victoria del Real Oviedo ante Club Atlético Osasuna. Aunque no marcó, el senegalés revolucionó el partido con la salida al campo desde el banquillo y así lo reconoció el entrenador del conjunto carbayón, Juan Antonio Anquela, en la comparecencia de prensa del Carlos Tartiere.
El entrenador de Linares quiso ratificar las palabras de su colega Arrasate, quien achacó la remontada azul a la entrada del dorsal 17 en el terreno de juego. "Teníamos que arriesgar y salió bien". Pero si algo hizo cambiar el devenir del encuentro fue sin duda el discurso que pronunció en el vestuario local: "Con miedo no se puede jugar al fútbol".
Sobre la alineación de dos delanteros, con la cual no se obtuvo cambio de resultado en el Metropolitano pero sí de sensaciones, y de ambos factores en el Carlos Tartiere, Anquela admitió que está abierto a todo. O lo que es lo mismo, puede que en partidos venideros se vuelva a plantear un dibujo con dos puntas.
"Es lo normal"
Anquela también quiso quitar hierro a uno de los factores que pudo decantar el choque del lado azul, la expulsión de Lillo. A la pregunta sobre cómo había visto la tangana desde el banquillo, el técnico del Real Oviedo impuso indiferencia y alegó que unas veces pasa por parte de un equipo y otras por parte del otro y puso, además, como ejemplo, el partido que Osasuna le remontó de igual manera en El Sadar, hace apenas unos meses.
"Es muy difícil"
El entrenador del conjunto carbayón también quiso darle mérito a la victoria del Real Oviedo sobre Osasuna y recalcó en rueda de prensa: "Ganar un partido de Segunda División es muy difícil". También apeló al trabajo en equipo como uno de los grandes artífices de la consecución del triunfo y pidió "más continuidad" en el juego a sus jugadores para poder seguir cosechando resultados positivos.