Zorrilla lo pedía, 18.000 almas animando a su equipo, no se jugaba contra un equipo cualquiera, el Espanyol fue por unos minutos líderes de primera división. La comunión entre afición y jugadores estaba en perfecta sincronía, cada vez que se coreaba “pucela pucela” el equipo respondía con un arreón y cada vez que un jugador hacía una acción destacada el público aplaudía  para reconocer el esfuerzo de sus jugadores.

El partido pedía un alto nivel porque el visitante era el segundo clasificado  y el Valladolid estuvo a la altura. En el minuto seis de partido el conjunto dirigido por Sergio González ya había rematado dos veces a la portería de Diego López. El equipo local atacaba más y creaba mayores ocasiones de gol otra que tuvo Leo Suárez.

Pero llegó el fatídico minuto 20, un error en un pase de Moyano provocó que el balón terminara en los pies del crack perico, Borja Iglesias, desde fuera del área propinó un misil a la escuadra de la portería pucelana, al cual Masip no pudo hacer nada. 0-1 en el marcador.

Ni el Valladolid ni la afición vallisoletana se vinieron abajo, tras el gol del Espanyol, la afición animó y el equipo respondió viniéndose arriba incomodando a la defensa rival pero sin éxito, el Valladolid lo intentó de todas las maneras, por arriba, por las bandas, a balón parado pero no hubo manera.

Antes del descanso los pericos conectaron una maravillosa jugada que acabó con un tremendo testarazo el cual obligó a Masip a emplearse a fondo para evitar el segundo gol. En los últimos momentos de la primera parte Toni Villa desbordó por la banda dejando a un defensa por los suelos pero su centro fue despejado.

En la segunda parte se vivieron los mejores momentos para el Valladolid, Sergio García y Borja Iglesias conectaban pero no creaban mucho peligro  a Jordi Masip. El pucela lo intentaba de la mano de Antoñito, Toni Villa, Enes Unal o de Óscar Plano que intentó revolucionar el partido con sus conducciones de balón y sus pases al hueco,  pero el Espanyol es uno de los equipos que menos goles encaja de la liga y lo demostró, la defensa se cerraba y consiguió que los esfuerzos de los atacantes pucelanos se quedaran en vano. Los visitantes dejaron de atacar de la manera en la que lo hacían en la primera parte y centraban sus esfuerzos en frenar al Valladolid.

Se acercaba el final del partido y llegaba la hora de los cambios, Rubi quitaba a Sergio García para meter a un defensa más, Óscar Duarte, mientras que Segio González ponía toda la carne en el asador, entraban Daniele Verde y a tres minutos del final era Ivi quien salía para intentar lo imposible.

El italiano intentó regatear por la banda derecha pero sus disparos no encontraban puerta, de la misma manera que sus centros no encontraban rematador, de igual modo que el recién entrado al campo, Ivi intentaba galopadas por la banda izquierda con la misma fortuna que el resto de sus compañeros.

Verde que te quiero Verde. Y el milagro se obró, una falta en el tiempo de descuento hizo que el pucela tuviera una de las últimas oportunidades para empatar. Daniele Verde que había entrado en la segunda parte hizo un remate que emula a los de Cristiano Ronaldo con su particular folha seca, un tiro que sube y de repente baja de forma envenenada lo cual sorprende  al portero. Diego López se fue al otro lado de la portería y no vio venir el tremendo gol del italiano.

Zorrilla estalló de alegría, el Real Valladolid a base de esfuerzo y ganas consiguió un punto que mereció.