No era la Liga ni la Champions, era la Copa del Rey. No era un equipo de Primera ni de Segunda, era de Tercera. Pero el Atlético de Simeone no dejó de ser fiel a su sello. Un solitario gol dio la primera victoria al equipo rojiblanco en el estreno copero de 2018. Un tanto que, aunque deja más cerca el pase a octavos, el choque de vuelta en el Metropolitano será duro y clave.

Como es habitual en este tipo de encuentros, Simeone dio descanso a los habituales y viajó hasta Barcelona con los menos habituales. Y eso hacía que el once prometiera. La alineación que salió al Narcís Sala estaba plagada de futbolistas que no habían obtenido muchas oportunidades desde que comenzase la temporada y que, en la noche del martes debían demostrar su valía. Además, solo usó a un jugador del filial, Montero que no pasó desapercibido por las gafas que portaba a causa de un desprendimiento de retina sufrido recientemente. Unos sí que aprovecharon su oportunidad mientras otros, la desperdiciaron.

Y Gelson llegó

El portugués fue el nombre propio de la noche en Sant Andreu. Después de no contar con oportunidades y ser, al menos eso parece, de los que menos cuentan para Simeone, tuvo su oportunidad en la ciudad condal y no la desaprovechó. Martins, que llegó como la estrella del  Sporting por fin disfrutó de ser uno más del Atlético. Se ofreció, buscó el esférico, desbordó, encaró, miró a portería. Disparó desde casi todos los lados posibles y vio el premio a su trabajo en forma de gol, el único del partido. La jugada, fue obra de Vitolo que asistió a Gelson y este definió al primer toque ante la red de Segovia.

Kalinic desaparecido

Al contrario que su compañero en la delantera, Gelson Martins, Kalinic fue el punto más negativo del once colchonero. Aunque no le faltaron las ganas y se le vio con actitud, el croata no estuvo acertado y eso se notó.

Adán se vistió de Oblak

El Atleti ya se veía ganador pero el Sant Andreu no se vino abajo. En los minutos finales del partido, el balón solo rondaba la meta de Adán. Por arriba, por abajo, por derecha, por izquierda. Todos los rojiblancos defendiendo y los catalanes acechando. No estaba Oblak pero sí Adán que salvó a los suyos de sufrir un empate que hubiera puesto la eliminatoria 50-50. No es fácil estar a la sombra de Oblak, pero trabajando se consigue como demostró el segundo portero colchonero.

VAVEL Logo
Sobre el autor