Debut de Solari con el primer equipo del Real Madrid y una goleada. No es mal comienzo para un equipo que busca olvidar la gran crisis que ha atravesado este inicio de temporada y que tocó fondo el pasado fin de semana en el clásico. A pesar de ser ante un rival de dos categorías inferior, los primeros tintes del este nuevo Madrid dejaron buenas sensaciones. Dos futbolistas marcaron el camino hacia la goleada: Vinícius y Odriozola. El brasileño pide paso en el once titular con unos destellos de calidad que no se suelen ver en el fútbol moderno. Odriozola por su parte, cerró un gran partido con dos asistencias y un gol. Claves ambos en la primera victoria de Solari.

Un Melilla que salió con intensidad

Solari cumplió con lo dicho en rueda de prensa y salió con un once más que competitivo. Prueba de ella es la inclusión en el once titular de Benzema y Sergio Ramos. Salió el Melilla en los primeros minutos con una intensidad muy alta. La necesaria para que David pueda hacerle daño a Goliat. Una presión arriba que dificultaba la salida del conjunto blanco y un trato de balón muy aseado. Pocos pelotazos arriba se le vio pegar al conjunto melillense que siempre intentaba combinaciones rápidas.

En los cincos primeros minutos, Ruano encaró dos veces a Odriozola para sacar dos centros que se fueron envenenando e hicieron que la afición local se viniera arriba. Tuvo poco después otra Igor, tras un fuera de claro no señalado, pero no acertó a definir. Le costaba entrar al Madrid que parecía no querer quitarse los síntomas que había venido mostrando.

Dominio blanco acompañado de goles

Sin embargo, a partir del minuto 15 todo fue in crescendo para los intereses madridistas. A la vez comenzó la lluvia, empezó a fluir el juego de los de Solari. Un juego que en la primera mitad se basó en dos jugadores: Vinícius y Odriozola.

El lateral derecho venía con la necesidad de hacer ver a su entrenador que los motivos para no jugar con Julen eran más por convencimiento del antiguo técnico que por motivos meramente futbolísticos. El ex de la Real Sociedad subió, como siempre, incansablemente por la banda derecha y así llegó el primer gol. En el minuto 23, una cabalgada suya llegó hasta línea de fondo y puso un pase para que Benzema, incomprensiblemente solo casi debajo de la portería, empujara a placer el balón a la red y pusiera el 0-1. Lo más difícil estaba hecho y el Madrid se quitaba esa presión de no anotar con facilidad.

Benzema celebra el primer gol del partido/ Foto: Real Madrid
Benzema celebra el primer gol del partido/ Foto: Real Madrid

A partir de ahí, el dominio fue totalmente blanco. Y fue Vinícius quien cogió las riendas. El brasileño venía con las mismas ansias y objetivos que Odriozola. Cada vez que recibía el balón se veía algo distinto a lo que el Real Madrid estaba ofreciendo hasta este partido. Encaraba siempre. Era automático. Cada vez que el balón tocaba sus pies, se giraba rápidamente y su lateral echaba a temblar. Se asoció especialmente bien con un Benzema con el que pareció entenderse a las mil maravillas. Para culminar su buena primera mitad, dio la asistencia a Asensio para que hiciera el segundo gol justo antes del descanso y pusiera al Madrid con dos arriba en el marcador.

Antes del gol, Lucas Vázquez tuvo tres oportunidades muy claras. Si el gallego hubiera estado más acertado, no hubiera sido extraño que se hubiera marchado al túnel de vestuarios con un hat-trick a sus espaldas. Tres manos a manos y un disparo desde fuera del área que solventó a la perfección el guardameta rival fueron las ocasiones de las que dispuso el extremo. A pesar de ello, y siendo una excepción esta temporada, el Madrid no tuvo que lamentar las ocasiones falladas y se fue con un marcador tranquilo al descanso.

Una segunda mitad de trámite

La segunda parte tuvo un guión casi calcado al de los primeros cuarenta y cinco minutos. El primer cuarto de hora el Melilla fue un equipo muy aguerrido, intenso, con presión arriba y con llegadas. Combinando y llegando por bandas, aunque sin ocasiones demasiado claras, el equipo de Segunda B agradó a su afición y dejó una sensación de un conjunto que en su categoría puede ser de los que mejor juego despliega.

Vinícius marcó diferencias

Vinicius dispara a puerta/ Foto: Real Madrid
Vinicius dispara a puerta/ Foto: Real Madrid

Pero a partir de ese minuto, la diferencia de categoría volvió a notarse. El Madrid intensificó su dominio y las ocasiones siguieron cayendo del blanco. Vinícius siguió con su gran partido y a punto estuvo de marcar su primer gol con la camiseta del primer equipo con un balón que se marchó al larguero. El brasileño siguió encarando, era el jugador que marcó las diferencias en el partido.

El jugador agradó a la afición madridista que seguro quedó con ganas de ver al jugador en un partido de mayor categoría. El futbolista proveniente del Flamengo sigue demostrando que tiene calidad para jugar de sobra en el primer equipo de todo un Real Madrid. Rabonas, caños, arrancadas, asistencia y un larguero. Todo un arsenal de movimientos que dejaron claro la enorme calidad que atesora el joven futbolista blanco. Con partidos así no tardará mucho en ir entrando en el once titular.

El que sí marcó su primer gol con la camiseta blanca fue Odriozola que acabó empujando con la puntera una jugada llena de rebotes en el área melillense. El 0-3 dejaba todas las ganas y la intensidad del Melilla aplacadas y sentenciaba, por si había alguna duda, la eliminatoria y el partido.

Aún hubo tiempo para cerrar la goleada con un cuarto gol de Cristo. El jugador del Castilla que debutó con el primer equipo marcó en un remate de cabeza tras un buen centro de Odriozola. El lateral cerró un gran partido con dos asistencias y un gol. 

Buenas sensaciones en el primer encuentro de este nuevo Real Madrid que intenta dejar atrás una crisis en la que ha tocado fondo. El próximo sábado será el momento de contrastar esta reacción ante un rival de su categoría.

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