El Real Zaragoza acumula 7 jornadas de liga sin conocer la victoria, desde la victoria por 0 goles a 4 en Oviedo el Zaragoza se ha venido abajo de una forma catastrófica (llevándose a Imanol Idiakez por delante) y gran parte de la culpa de esta racha negativa la tiene la situación que vive el centro del campo del equipo.

Desde que a mitad de la pasada temporada se apostara por el rombo como fórmula táctica para el mediocampo el Zaragoza había conseguido unos resultados excepcionales, apoyado en las ventajas que te genera el propio rombo y el beneficio que aportaba en los centrocampistas que lo componían. Pero esta temporada el equipo no se está sintiendo cómodo dentro de este sistema debido a la plaga de lesiones que han sufrido los centrocampistas y a la baja forma que han mostrado alguno de ellos cuando ha jugado.

El Real Zaragoza cuenta en su plantilla con 11 centrocampistas o mediapuntas que pueden jugar en alguna o varias posiciones del rombo más la ayuda que pueden realizar en momentos puntuales jugadores polivalentes como Nieto o Verdasca, los cuales ya han tenido que jugar en el mediocampo debido a las bajas en el inicio de curso.

De estos 11 centrocampistas solo Javi Ros y Pombo han podido rendir a un nivel óptimo y con regularidad en este inicio de temporada. Otros jugadores como Aguirre y Soro también han aportado un nivel alto al equipo en los pocos minutos de juego que han disputado. Por su parte Buff no ha rendido al nivel que se esperaba de un jugador con su calidad y que ya se encuentra asentado en el club y Pep Biel  no ha contado con la confianza de Idiakez y aún no ha podido debutar en liga después de haber sido una de las sensaciones de la pretemporada.

El problema principal del centro del campo en este inicio de temporada recae en las múltiples lesiones que han sufrido jugadores llamados a ser titulares o muy importantes como Zapater, Eguaras, James, Papu y Guti. Lesiones que les han impedido alcanzar una continuidad y forma física necesaria.

Especialmente importante es Íñigo Eguaras, jugador que debe ser el faro y motor ofensivo del equipo tal y como demostró la pasada temporada, siendo uno de los mejores centrocampistas de la categoría. Sin él en el campo o fuera de forma el Zaragoza pierde a un jugador único en la Segunda División y a la referencia del equipo para sacar la pelota jugada y en el juego posicional. De su recuperación y puesta a punto dependerá gran parte de los éxitos o fracasos del Real Zaragoza este curso.