Villanueva de la Serena. Jueves, 1 de noviembre de 2018. 15:30. Como si de un episodio onírico se tratase, los aledaños del Municipal Villanovense parecían los de un estadio de Primera División. Las avenidas próximas al estadio estaban teñidas de bufandas verdes y bufandas rojas, para sorpresa de muchos. La Copa del rey había llegado a la localidad pacense, y con ella la ilusión. Nadie quería perderse esta cita histórica. Todo el pueblo se ponía sus mejores galas para recibir al Sevilla FC. Camiseta verde contra camiseta roja. Esta vez, por la ocasión especial, ambas con número y nombre en ellas. La fiesta serona se expandía hasta el más pequeño detalle. Todo medido al milímetro para disputar la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Aquello que empezó siendo un camino pedregoso se materializaba en un sueño hecho realidad.

Con este ambiente copero dio inicio el encuentro en Villanueva de la Serena. Ambos técnicos introducían novedades en el once. Julio Cobos daba minutos a Alex Romero, Xavi Puerto u Óscar Gea, que no habían protagonizado los últimos onces. De este modo, daba descanso a otros más habituales como Poley, Isma Gil o Raillo. Aún así, el sistema no variaba. La solidez en defensa y la estrecha relación entre las líneas caracterizarían el juego serón. Por su parte, Pablo Machín dejaba en el banquillo a los “carros de guerra”: Jesús Navas, Ben Yedder y Sarabia. Nolito, Escudero, Aleix Vidal o Muriel coronaban el once titular. Otros como Javi Vázquez, del filial, también aparecían en las líneas sevillistas. Los menos habituales del Sevilla, que Machín había subido del filial para el choque, fueron evolucionando a medida que se desarrollaba el partido. Consiguieron adaptarse al encuentro y convencer al técnico sevillista.

El marcador final de la primera mitad es claro reflejo de esta. Las diferencias esperadas no hicieron acto de presencia en el estadio, ya que ambos equipos se midieron con la misma espada. El CF Villanovense consiguió llevar a los de Machín a su terreno.

Los primeros compases de juego se desarrollaron en campo serón. El Sevilla, con las ideas claras desde el primer minuto, hizo ver su punto fuerte en esta batalla: el control del balón. Escudero, con el brazalete de capitán, decidió hacer justicia a este atributo, llevando el timón de las jugadas sevillistas, que partían desde la defensa e iban tejiéndose por todo el equipo. En contraposición, el Villanovense esperaba replegado los ataques visitantes, lanzándose al contraataque a medida que se conseguían hacer con el control del esférico. 

El planteamiento del partido era claro, cada equipo había puesto sus cartas sobre la mesa. No obstante, las llegadas a puerta se antojaban bastante tímidas. Solamente una doble ocasión de Pajuelo consiguió arrancar vítores de las gradas seronas. La primera se marchaba por encima de la meta de Soriano. La segunda, casi sacando el balón desde dentro de las mallas, acusaba un cabezazo con demasiada potencia por parte del capitán villanovense.

Los sevillistas se marchaban al túnel de vestuarios con un amargo sabor de boca. Perdieron su arma de lucha, la posesión, y con ella se esfumó su superioridad. Se habían impuesto a sus rivales en varios aspectos, pero no habían conseguido adaptarse al ritmo del encuentro en su totalidad, pues el nivel de intensidad bajó considerablemente a medida que avanzaban los minutos.

Resultado esperado

Como si negociado estuviera, el comienzo de la segunda mitad fue totalmente calcado al de la primera. El cuadro visitante saltó al terreno de juego desplegando todas las armas de ataque por este. Se hacía patente la alta presión que ejercían sobre su rival. Durante los diez primeros minutos todo el peligro llegaba por la banda derecha, a través de Aleix Vidal. La superioridad se materializó con un potente disparo de Borja Lasso que el guardameta serón despejó a córner. Muriel también lo intentó, pero sin éxito. 

Una vez transcurrieron los diez primeros minutos de la segunda mitad, a superioridad andaluza se desvaneció. El Villanovense consiguió hacer que la eliminatoria pareciera un encuentro de liga. Los de Julio Cobos se encontraban tremendamente cómodos en el terreno de juego. Pedro Montero avisaba con un disparo de falta que Soriano despejaba a córner. 

Llegaron los primeros cambios en las filas seronas. Selfa, con una amarilla y molestias, dejaba su puesto en el terreno de juego a Borja García, quien dotó el juego serón de mayor posesión. 

La polémica del partido llegó con una supuesta mano de Aleix Vidal dentro del área que el árbitro no consideró penalti. Esto levantó al público local, que veía esfumarse una clara ocasión de gol. 

Pocas ocasiones más, excepto un último intento tímido de Promes. 

De este modo finalizaba un partido que consolidaba al Villanovense como una auténtica roca para los equipos de Primera División en casa, ya que en la temporada 2015/2016 consiguió empatar contra el FC Barcelona por el mismo resultado y en la misma ronda.

El Sevilla de Machín deberá luchar en al vuelta por conseguir el pase de ronda, corrigiendo varios aspectos del partido de hoy para cumplir tal objetivo. El Villanovense, por su parte, tras celebrar este particular triunfo, luchará por amargar el sueño copero de su rival andaluz.