Partido de emotivos reencuentros, volvía José Luis Mendilibar a la que fuera su casa hace años y donde consiguió un histórico ascenso. Además, otros jugadores hoy visitantes también vistieron en su día la elástica blanquivioleta como Pablo Hervías, Joan Jordán o Rubén Peña, y también, muy apreciado el segundo entrenador armero, Iñaki Bea. 

Comenzaba el Real Valladolid mandando con las mismas señas de identidad que le han llevado a ocupar el puesto actual en la tabla, con mucha intensidad y haciendo circular el balón con fluidez. y así se generó la primera gran ocasión local en una internada de de Toni en el área que remató Ünal para que detuviera Riesgo en una gran intervención.

El cuadro vasco siguió apretando arriba para robar el balón y plantarse en la portería rival y, en una de esas acciones, Orellana logró rematar de cabeza con un potente disparo que, de nuevo, se encontró con un seguro Masip en la meta local, lo que impidió que el resultado se modificara.

Eibar y Real Valladolid buscaban la posesión del balón y aprovechar cualquier laguna del contrario para llegar al otro área, aunque ni en un caso ni en el otro hubo recompensa ni claras ocasiones de peligro, pasando a una etapa de juego más trabado y menos vistoso.

Los de Mendilibar lo intentaron con más ganas en los compases finales del partido, pero las incursiones resultaron infructuosas ante la bien plantada defensa blanquivioleta y la seguridad aportada por Masip, también a balón parado, por lo que se llegó al descanso con el 0-0 inicial.

El partido fue cerrado, con pocos espacios, mucha brega, poca claridad y fases de dominio alterno. Dos equipos ordenados, trabajadores, serios, que apenas regalan nada al rival y, como consecuencia, constantes interferencias en el desarrollo del juego por robos o combinaciones más espesas de lo deseado.

Al partido le faltó chispa que pudo saltar tras la expulsión del defensa armero Arbilla por doble amonestación en el minuto 73. Por aquel entonces, ya estaba en el campo Daniele Verde con el gatillo preparado y el picante a punto. Pero su disparo no encontró portería esta vez. Tampoco otro trallazo posterior desde fuera del área.

Tras la reanudación, el choque se desarrolló bajo los mismos parámetros que al inicio del mismo, con un Eibar más intenso y con más intención, que presionaba en busca del error local, lo que derivó en una primera oportunidad de Cucurella, que tras un buen pase de Diop, envió el esférico por encima del larguero.

Pero el conjunto de Sergio González fue mostrando su valentía y, con la entrada de Verde por Leo Suárez, quedó clara la idea del técnico de buscar el gol con más ahínco, aunque fue el cuadro armero el que pudo encontrarlo, de no ser porque el disparo de Charles, tras robar Cucurella el balón a Moyano, se fue a la grada.

El Eibar pasó a controlar el ritmo de juego y llegar con más peligro la meta defendida por Masip, pero fue el Valladolid el que pudo inaugurar el marcador a balón parado, tras una mano cometida por Arbilla que supuso la segunda amarilla para el jugador del Eibar, pero su disparo salió ligeramente desviado.

El atacante italiano levantó al público de sus asientos con otro gran disparo que no encontró la portería visitante por muy poco, y que sirvió para contrarrestar la opción que anteriormente tuvo Kike en sus botas. Mas su lanzamiento salió demasiado flojo y Masip no tuvo problema para interceptarlo.

El partido estaba muy abierto y el final era una incógnita, ya que ambos equipos se volcaron para sorprender al rival, pero ninguno conseguía disponer de ocasiones claras, ni siquiera a balón parado, puesto que ambos equipos mantuvieron la concentración defensiva para evitar ese gol postrero, que finalmente no llegó.