Pasaba el Madrid por el momento más complicado de su partido más difícil de los últimos cuatro. El Celta empezaba a apretar y un balón había rozado la madera de Courtois hacía pocos minutos. Justo en ese instante, apareció la figura del delantero centro que tanto se reclama por un sector del madridismo para sacar a su equipo de la cotidianidad en la que empezaba a sumirse y poner el contrato de renovación a Solari encima de la mesa.

Un escultor de jugadas

Benzema celebra uno de sus dos goles en Vigo/ Foto: Real Madrid
Benzema celebra uno de sus dos goles en Vigo/ Foto: Real Madrid

Karim Benzema sacó de nuevo el cincel para esculpir otra obra de arte a las que acostumbra. Esta vez, fue la escultura de un control majestuoso y una definición sublime para poner por delante al Madrid en el marcador. Todo ello precedido de una asistencia genial de Luka Modric, pero que, de haber tenido como receptor a cualquier otro jugador, hubiera quedado en un bonito detalle sin más.

Pero la exhibición del francés no iba a quedar ahí. Para la segunda mitad tenía guardada en la chistera un recorte de genios en un palmo para dejar atrás a su rival y disparar a puerta para hacer el segundo. La diosa Fortuna quiso que el balón pegara en Cabral y añadiera un toque vulgar a una jugada extraordinaria. Pero eso a Karim no le importa. Los números nunca le han importando a Benzema. Su mente se centra únicamente en disfrutar y hacer disfrutar a los que saben apreciar su fútbol.

Entre ambas obras de arte, un partido repleto de detalles que muestran a leguas la calidad de uno de los delanteros más completos. Apoyos, desmarques, paredes, regates y un balón al palo tras otra jugada magistral. Cosas que no llaman tanto la atención como las jugadas decisivas porque el ser humano se acostumbra demasiado rápido a lo bueno y Benzema ya acostumbra a hacer todo eso en casi cada partido. Casi que mejor que ese balón al palo no entrara. Hubiera sido demasiado para tan solo noventa minutos y ya se sabe que las cosas extraordinarias vienen en frascos pequeños.

Solari aprueba con nota

Solari durante una rueda de prensa/ Foto: Vavel
Solari durante una rueda de prensa/ Foto: Vavel

Tras haber solventado los primeros partidos de su particular examen de manera eficiente, llegaba la primera piedra de toque para Solari. Balaídos era el partido marcado en rojo por la directiva para ofrecer un contrato definitivo al técnico interino y éste lo sacó con una muy buena nota. 

Desde su llegada al banquillo, el equipo ha ganado los cuatro partidos con unos números buenísimos. 15 goles a favor y tan solo dos en contra, ambos en el mismo encuentro. Es el mejor arranque de un entrenador en la historia del Real Madrid. Hasta este momento podía existir la duda de la entidad de los rivales, pero un Celta con Aspas y Maxi Gómez es una vara de medir considerable. El conjunto blanco ha dejado atrás la dinámica negativa y parece que ahora le sale todo.

Ha vuelto el gol

Con Julen Lopetegui el Real Madrid había perdido su seña de identidad más significativa: el gol. Si algo caracterizaba al Madrid era acabar las temporadas con más de 100 goles en su haber y por el camino que iba parecía muy complicado. 

Sin embargo, con Solari ha vuelto ha recuperar la pegada. Dos goles al Valladolid, cuatro al Melilla, cinco al Plzen y cuatro al Celta. Goleada en casi cada partido. El buen juego aún no ha llegado, pero mientras el balón siga entrando en la portería, habrá tiempo de esperar para llegar a la plenitud futbolística.

El Madrid ha recuperado el gol y gracias a ello ha recuperado la sonrisa.